Al ser menos severa que la bacteriana y tener un índice de mortalidad muy inferior, cuando se detectaba una meningitis vírica no se indagaba más en cada caso particular para identificar cuál era el virus concreto que la había ocasionado -a no ser que fuera una infección grave-. Doce hospitales españoles coordinados por el centro Nacional de Microbiología han concluido un estudio para ponerle apellidos a estos microorganismos en casos de menores de tres años y ahora han recibido una beca de Formación en Investigación en Salud (FIS) del Instituto Carlos III para darle continuidad con niños de hasta 15 años. Entre ellos está el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi), con un equipo que lidera la pediatra Mar Portugués. Además, el grupo vigués ha vigilado la evolución y el desarrollo neuronal de los 39 pacientes con meningitis viral que detectaron en los primeros tres años del estudio para saber si tienen algún tipo de secuela. Los resultados los presentará, el primer fin de semana de junio, en el Congreso Nacional de Pediatría.

Para la primera fase de esta investigación nacional, Pediatría del Chuvi reclutaba los bebés de menos de un año con fiebre sin foco conocido y los de hasta tres años que tenían enterovirus, que es la familia de patógenos más habitual detrás de una meningitis vírica. Les tomaron muestras respiratorias y de líquido encefaloraquídeo. Tras un primer barrido del laboratorio de Microbiología del Meixoeiro, los positivos para enterovirus se remitieron al Centro Nacional de Microbiología para concretar a qué familia pertenecen.

De estos niños reclutados en todo el área sanitaria viguesa durante un trienio, 39 padecían una meningitis vírica o infección del sistema nervioso por virus. El servicio vigués ha controlado su evolución durante dos o tres años mediante encuestas y ha concluido que en más del 95% de los casos fueron infecciones benignas, "como una gripe", según explica la doctora Mar Portugués. Añade que se pueden presentar con manifestaciones respiratorias, con santemas -manchas o granos- o con la enfermedad mano-pie-boca, con lesiones en estas zonas. "Son de curso muy benigno y si afectan al sistema nervioso central pueden provocar encefalitis o meningitis, pero incluso estas son mucho más leves que las bacterianas", detalla y aclara que esta descripción se ajusta a "la gran mayoría".

Así, de entre los 39 menores de tres años que sufrieron meningitis vírica en un trienio en el área sanitaria, solo dos sufrieron secuelas a largo plazo. Se correspondieron con dos virus que son más agresivos: el parechovirus y el enterovirus D68. "Hay que investigar más, pero estos dos virus se asocian a secuelas, que pueden llegar a ser permanentes, a nivel cognitivo y motor e, incluso, a veces hay parálisis flácidas agudas".

En concreto, la variante D68 se hizo famosa en España hace un año por un brote en Cataluña con 48 casos, una decena de los cuales acabaron en cuidados intensivos y, al menos una, sufrió tetraplejía. Dos años antes había provocado una epidemia en Estados Unidos. A raíz del episodio catalán, el Centro Nacional de Microbiología empezó a tipar o identificar todos los enterovirus. El estudio multicéntrico en el que participa el Chuvi llevaba haciéndolo tres años.

El otro virus agresivo detectado en Vigo, el parechovirus, es "primo hermano" de los enterovirus y afecta sobre todo a los bebés menores de un mes, cuenta la también jefa de hospitalización pediátrica del Álvaro Cunqueiro, la doctora Portugués. Hay otro especialmente peligroso, el EV71 -puede causar temblores e inestabilidad en la marcha-, que no se ha encontrado aún en Vigo.

"Como no se estudiaban, se desconocían. Son virus muy emergentes, que hay que investigar más, que se cree que pueden haber mutado y que son muy agresivos", destaca. No hay un tratamiento específico, solo se les aplica un tratamiento de sostén para que estén bien hidratados, y la mejor manera de prevenirla es lavarse mucho las manos con agua y jabón, evitar tocar la nariz y la boca cuando se tose y, si el niño está enfermo, no mandarles al colegio o la guardería.

En la actualidad, el Instituto de Salud Carlos III ha becado a estos doce hospitales para que extiendan el estudio epidemiológico para identificar los virus en menores de 15 años ingresados por una infección neurológica del sistema nervioso central que no sea bacteriana. En este caso, además, se comprobará si España está libre de poliomielitis. "Estos estudios nos ayudan a tener datos más registrados y a conocer mejor cómo se manifiestan los diferentes tipos de virus, porque hay más de cien serotipos", explica la pediatra. Añade que, aunque la mayoría sean benignos, permite tener identificados los más peligrosos para poder "predecir su pronóstico y saber a qué nos enfrentamos".