El deporte no conoce límites. Los miembros de la iniciativa DisCamino buscan superarse otro año más tras completar la Vuelta a España en 2016. Este equipo de valientes, encabezados por el sargento de la Policía Local Javier Pitillas, intentará escalar los puertos más emblemáticos del Tour de Francia el próximo mes de septiembre. Aubisque, Tourmalet, Aspin o Peyresourde serán algunos de los picos que un grupo de personas con discapacidad funcional subirá codo con codo con los integrantes de la agrupación. "Vamos con ellos, les ayudamos en todo lo que podemos pero a la hora de pedalear son como nosotros. Ahí no existe ninguna diferencia", explica Pitillas.

Los participantes gozan de vehículos especiales. Dependiendo de la aventura que afronten emplean una Jolette -una especie de butaca que lleva una rueda acoplada y que es empujada por un ayudante que va caminando-, una Handbike -silla de ruedas impulsadas por las manos- o un triciclo. Éste último será el que empleen pilotos y copilotos en su ruta francesa. "Es un tándem y los copilotos van delante para que puedan disfrutar del momento. Nosotros guiamos el manillar desde la posición trasera", comenta el agente.

Todo comenzó en 2009 con Gerardo Fernández, un chico con discapacidad visual y auditiva de Vigo que le propuso al policía cubrir el Camino de Santiago juntos. Para ello utilizaron un triciclo donado por un ciudadano holandés. "Gerardo fue el impulsor de todo esto. Hacíamos mucho deporte y él nos sugirió irnos a Santiago. Una vez allí nos dijo que teníamos que buscar a más personas para organizar nuevas rutas y ahí nació esta iniciativa", cuenta el policía.

Uno de los momentos más reconfortantes para todos los miembros de la agrupación viguesa llegó el pasado verano. "Terminamos la Vuelta a España a la vez que el pelotón profesional. Nosotros hacíamos su mismo recorrido un día antes para no interferir en la competición" recuerda..

Para realizar todos los DisCaminos que organizan cada curso, los voluntarios que forman el equipo emplean su tiempo libre y sus vacaciones para acompañar a sus copilotos. No les importa. "No lo hacemos por ellos porque los que más recibimos somos nosotros. Si la gasolina es lo que consigue mover un coche, a nosotros nos mueve su sonrisa" resume Pitillas.