La nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales (Edar) del Lagares y el emisario submarino llevan quince días funcionando aunque todavía dentro de un periodo de pruebas programado por el Ministerio de Medio Ambiente. Un plazo necesario en obras de esta envergadura que las adjudicatarias de la planta de Coruxo y de la canalización -las UTE Isolux Corsan-OHL y Dragados-Drace, respectivamente - aprovechan para hacer ajustes y zanjar los últimos flecos. Y ya han surgido los primeros contratiempos, como el que afecta al colector que despedirá a la ría el caudal tratado. A causa del mal estado de la mar en Samil, la empresa no pudo completar esta semana la instalación de piezas claves. Como las boquillas difusoras, fabricadas en forma de cuello de pato para garantizar el alivio evitando su entaponamiento en el fangoso lecho marino; y los "antiarrastreros", los sistemas que impedirán el enganche accidental por redes del último tramo del tubo, fondeado a 40 metros de profundidad.
Buena parte de estas piezas permanecen en el muelle de reparaciones de Bouzas, un enclave muy utilizado en los últimos meses por la adjudicataria para embarcar material. De aquí partieron montados sobre una barcaza el pasado jueves algunos "antiarrastreros", en un intento de la empresa por abordar la operación. Sin embargo, el fuerte mar de fondo trastocó el programa. Según Acuaes -la sociedad estatal dependiente del Ministerio de Medio Ambiente responsable de toda la actuación de saneamiento-, el plan ordenado al equipo de buzos pasaba por aprovechar el fondeo de estos "antiarrastreros" para ir retirando las tapas de los injertos del difusor, "una operación previa a colocar las boquillas". "Si mejoran las condiciones se terminarían ambas operaciones a la vez: colocación de antiarrastreros y quitar las tapas, aunque para esta última actividad las condiciones marinas deben ser mejores", precisaron.
"Finalizadas ambas actividades será cuando los buzos inicien la colocación de las boquillas difusoras" , añadieron desde Acuaes. Como esto no fue posible, muchas de las 62 boquillas continúan en el muelle de Bouzas.
Pese a los problemas surgidos en estos últimos días, con anterioridad los buzos sí pudieron finalizar la instalación de los lastres secundarios de la tubería, como también lograron quitar las tapas de las quince boquillas más alejadas para permitir el funcionamiento de la depuradora de Coruxo. Desde Acuaes admiten que las circunstancias meteorológicas "están condicionando el ritmo de los trabajos finales que se refieren a la zona marina".
Dos meses en pruebas y un año de puesta en marcha
- Antes de la puesta en marcha de la nueva depuradora anunciada el pasado 15 de febrero por el Ministerio de Medio Ambiente, en Coruxo ya ha disminuido la actividad relacionada con la obra. Rematadas las grandes edificaciones no es tan intenso el tráfico de camiones y ese paisaje de grúas que dominó el ámbito durante estos tres años se ha ido despejando. Ahora los trabajos más exigentes se abordan de puertas para adentro por tratarse de la fase más técnica, de comprobación de que todo funciona de manera adecuada y conforme a lo planificado.Como precisaba el ministerio en su nota, una vez finalice el periodo de pruebas, dentro de dos meses, comenzará la puesta en marcha, que durará un año. Durante este periodo el personal técnico de la adjudicataria continuará desplazado en Coruxo, al igual que de Acuaes. Concluido este tiempo será cuando se produzca, de cumplir los requisitos expuestos en la adjudicación, la recepción de la obra por parte del Concello de Vigo.La inversión en la nueva infraestructura de saneamiento asciende a 125 millones de euros aportados entre tres administraciones: Gobierno central, Xunta y Ayuntamiento. La planta tiene capacidad para depurar aguas residuales equivalentes a las generadas por 800. 000 habitantes.
