"Me dijo que lo que nosotras necesitábamos eran hombres más mayores; entonces se levantó, se puso detrás de mí, me abrazó y me agarró los pechos; me quedé rígida, paralizada, en shock y después me fue tocando la pierna hasta llegar a las bragas; ahí reaccioné, me levanté y fui corriendo a la cocina; él me seguía y se reía, me decía que lo que yo necesitaba era un hombre como Dios manda y le dije que era un viejo verde; al final me encerré en mi habitación con pestillo y me metí dentro del armario". Éste es parte del relato realizado ayer en el juicio por una joven de Madrid que acusa a su tío, también residente en la capital, de realizarle tocamientos el 17 de agosto de 2014 en la casa familiar donde veraneaban en Baiona.

El juicio fue en Vigo. La fiscal, en su escrito provisional del que no trascendió si hizo modificaciones en la vista, acusaba de abusos sexuales, solicitando multa y 4.300 euros de indemnización. La joven dijo que aquel día su tío "jugó con ella" y "disfrutó" de la situación, y justificó la demora en denunciar debido a su "salud personal" ya que en aquella época pasaba un momento delicado. "Tenía miedo a denunciar y fallar en los estudios; esperé a finalizarlos, para tener fuerzas", dijo. La defensa, en el interrogatorio a la joven, cuestionó que su cliente pudiese agarrarla ya que padece "artrosis". La abogada preguntó si existe un enfrentamiento familiar por una herencia. "Es falso, para empezar mi abuela no falleció", contestó la joven. La juez formuló preguntas al apreciar algunas contradicciones, o interesándose por la razón por la que no se hiciese nada en aquel momento.