Tras un mal 2015, donde el Vigozoo bajó en el número de visitantes con respecto a los años anteriores, en los ocho primeros meses del presente año el recinto ha recuperado buena parte del público perdido. Si en todo el año pasado, el zoo vigués recibió a 63.832 visitantes, lo que hace una media de poco más de 5.300 al mes, entre enero y agosto de 2016 el número se situó en los 55.429, unos 6.900 al mes y lo que supone un incremento de 1.600 personas cada mensualidad. De seguir esta proyección en el último tramo del año, en el que incluso esperan desde la instalación subir el promedio por las condiciones climatológicas, la cifra final se elevará hasta más de las 83.000 personas, 20.000 más que en 2015.

Chus Lago, concejala de Medio Ambiente, celebra los resultados que ha obtenido el recinto vigués en lo que va de año. "Es para estar muy contentos, y es que Vigozoo es un lugar muy bueno tanto para niños como para adultos y recomiendo a todo el mundo una visita. Además, las condiciones no nos han ayudado este año, por lo que estamos muy satisfechos", señala.

Uno de los elementos que más condiciona las visitas al recinto es sin duda la meteorología. Desde el zoo señalan los meses de mucho calor, y los de lluvia abundante, como los peores para contabilizar visitantes, y dado que en los primeros meses del año fueron muchos los días con chubascos, y durante el verano azotaron varias olas de calor que empujaban a los vigueses y a los turistas a las diferentes playas, los resultados son muy positivos.

Si se desglosan los datos del número de visitantes, llama la atención el incremento de las personas llegadas a partir de los diferentes campamentos. Si en todo 2015 el número fue de 485, en los ocho primeros meses del 2016 se elevó hasta los 1807.

"La zona es excepcional para los niños y niñas de Vigo", comenta Chus Lago, que pone en valor la calidad de las instalaciones. "Los más pequeños pueden vivir su primera experiencia real fuera de casa y sin salir de la ciudad, por lo que los padres también valoran muy positivamente el campamento que organiza Vigozoo", comenta.

También llama la atención el escaso número de jubilados que acuden, año tras año, al zoo vigués. Durante todo el 2015 fueron 112 los mayores que acudieron a pasar unas horas junto a los animales, mientras que en lo que llevamos de 2016, el número se sitúa en los 39, siendo el colectivo de personas que menos visita el recinto olívico. "Es evidente que los niños son el grupo más mayoritario, pero no son pocos los abuelos que vienen con ellos, aunque quizás no lleguen a entrar", comenta Lago.

Otro de los grupos que no suele acudir mucho al zoo es el de los universitarios. Ya sea por las constantes épocas de exámenes que padecen durante el curso académico, o por el grado de desconexión total que buscan con la llegada de los vacaciones, en los ocho primeros meses del año tan solo 196 se dejaron ver por el recinto zoológico, y en todo el 2015 el número no pasó de los 242.