El Concello declara la guerra a los adoquines. Las molestias que están sufriendo multitud de comunidades de vecinos por los ruidos y las vibraciones que provoca este tipo de pavimento al paso de los vehículos -especialmente los de grandes dimensiones, como camiones y autobuses- se acabarán en cuestión de meses en una de las zonas más céntricas en las que todavía pervive el empedrado: Plaza de Compostela y García Olloqui. Después de que un juzgado de Vigo le obligara a tomar medidas correctoras en esta última calle tras una denuncia vecinal, el gobierno local ha decidido ir más allá y apostará por una actuación global que incluirá también los más de 300 metros del vial que bordea la Alameda.
De las calles que todavía son adoquinadas, Plaza de Compostela puede estar entre las que peor se encuentra. Su céntrica ubicación le obliga a soportar cada día el paso de miles de vehículos, lo que ha causado serias oquedades y multitud de baches que no solo afectan a los vecinos de la zona por la transmisión de ruidos y vibraciones, sino que también pone en riesgo la integridad de los conductores, particularmente de los motoristas. Este enclave fue reformado en 2005 durante el gobierno local del PP con motivo de la celebración de la Volvo Ocean Race. "Una vez más tenemos que arreglar un problema creado por otros gobiernos en la ciudad, como ya hicimos en Marqués de Valladares, en la Bajada de Colón y en la calle Carral", critican desde el Concello.
Tras la citada sentencia que afectaba solo a García Olloqui, los técnicos municipales realizaron diversos trabajos de inspección durante los últimos meses. "Se constatan deficiencias puntuales en la superficie de adoquín, a modo de hundimientos localizados con agotamiento estructural. También se detectan deficiencias generalizadas con ligeras depresiones y abombamientos en la superficie", anotan.
Ante esta situación, el Concello ha tomado la decisión de redactar un proyecto global para cambiar la pavimentación de esta zona y atajar las molestias que vienen denunciando vecinos y conductores. "Necesariamente incluirá un firme de calzada flexible que gracias a las característica elásticas de sus componentes minimice la transmisión de vibraciones y el ruido en el entorno", garantizan desde la Concejalía de Fomento.
Antes, ya este mismo mes, se realizaran nuevas inspecciones a nivel de la base de hormigón para detectar el motivo de este deterioro y localizar posibles huecos que se hayan creado y que puedan ser los causantes de un mayor nivel de vibraciones. Una vez terminados estos análisis, se determinará la solución definitiva y el material por el que se sustituirá el adoquín. Una de las alternativas que barajan ya los técnicos municipales es la utilizada en la calle Isabel II, donde el empedrado se cubrió con un firme flexible. Estiman que el arranque de la obra podría demorarse hasta seis meses, por lo que antes se volverán a realizar trabajos puntuales de bacheo con aglomerado asfáltico para minimizar las vibraciones .
