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Una madre afronta 3.000 euros de multa por el supuesto absentismo escolar de su hija

La menor, de 10 años, faltó en 69 ocasiones a clase en dos meses -La mujer alega que la niña padece cuadros de diarrea y vómitos, pero no todas las faltas estarían justificadas

"Soy la primera que quiere que mi hija haga una vida normal, que vaya a clase. Pero si está enferma no puede ir al colegio. Me pasó algo parecido cuando mi hijo mayor enfermó, nadie le hacía caso y al final en Madrid le diagnosticaron una infección de exófago grave y crónica. Ella empezaba como su hermano y cualquier madre hubiera hecho lo mismo". Así justificaba el absentismo escolar de su hija de diez años el curso pasado una mujer juzgada ayer en Penal 1 por presunto delito de abandono de familia y para la que el fiscal solicita una multa de 10 meses a razón de 10 euros diarios, es decir 3.000 euros.

La niña, según el escrito de acusación, fue matriculada en un colegio de Vigo para realizar 3º de Primaria de un colegio de Vigo durante el curso 2013/14. En el primer trimestre los responsables del centro detectaron numerosas faltas de asistencia que la progenitora "no conseguía justificar o cuyas justificaciones no convencían a la dirección del colegio". Las faltas de asistencia fueron prolongándose hasta final de curso y en apenas dos meses se contabilizaron 69 ausencias. La menor comenzó el curso siguiente con "sorprendente normalidad", según la Fiscalía, hasta que en octubre comenzaron las ausencias y tras las vacaciones de Navidad dejó de asistir a clase.

El ministerio público sostiene que "la actitud de la acusada, al amparar y fomentar tales ausencias, está proyectando sobre la menor, para quien solo su madre y su abuela materna son referentes familiares, temores que no responden a ninguna causa objetiva amén de provocar una deficiente socialización y nula participación en actividades propias de su corta edad".

En la vista oral celebrada ayer, la progenitora expuso que ahora los médicos han diagnosticado que la niña padece colon irritable y un importante cuadro de ansiedad que le impide ir sola a cualquier sitio. Por eso, cuando va al colegio, en el recreo ella se acerca para que vea el coche. Asegura que siempre justificó las faltas con partes médicos, excepto cuando llamaba al médico por teléfono al presentar la niña cuadros de vómitos y diarrea.

Los forenses relataron que la pequeña les dijo que apenas tiene relación con su hermano (de 17 años), ni con su padre o la familia de éste, y que no acude a actividades extraescolares. Su madre explicó que su hermano estaba enfermo, y que este año su hija va a la piscina y a baloncesto.

El director del colegio expuso que es una madre muy preocupada, justificaba las faltas con un informe médico y acudía a las reuniones. La orientadora del centro sin embargo explicó que se le propusieron medidas para que escolarizar a la niña aunque fuera unas horas, cuando se encontrara bien, pero dejó de hacerlo. Resaltó que la pequeña se encuentra perfectamente en el colegio y que solo en dos ocasiones se encontró mal y lo superó cuando la tranquilizaron.

Menores abrió un expediente en 2011 sobre ambos hermanos pro su ausencia a clase. La niña iba a Infantil, que no era obligatorio, pero su madre no la llevaba. Al considerar que no todas las faltas se justificaban por la enfermedad, Menores dio traslado del caso a la Fiscalía al temer que una posible patología de la madre y de la abuela, con quienes viven los menores, puede influir en ellos. La juez preguntó a la madre si no estaría excesivamente preocupada, pues el día en que la niña estaba con los forenses interrumpió la reunión para preguntarle si se encontraba bien. "Estaba con un médico, de no hallarse bien la hubieran atendido", expuso la magistrada. Ahora está en marcha un programa de apoyo con el Ministerio de Educación por el que un tutor irá a casa de la pequeña y ella acudirá a una academia, en vez de al colegio.

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