Las llamas han frustrado el plan que Frigoríficos de Galicia (Frigalsa) tenía preparado para la antigua nave de Freiremar. La empresa, gestora del inmueble desde hace tres meses, pretendía poner en funcionamiento un almacén de congelados en septiembre, cuando se esperaba el primer cargamento de túnidos, según informó ayer el presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Ignacio López-Chaves. La principal compañía de frigoríficos de la ciudad había proyectado invertir más de 460.000 euros en la remodelación del edificio ahora calcinado.

La todavía llamada nave de Freiremar se estaba preparando para una nueva vida. El recinto permanecía cerrado desde que la pesquera, con sede en Las Palmas, se declaró en quiebra hace dos años. La titularidad del edificio pasó entonces a manos de la Autoridad Portuaria de Vigo, quien hace tres meses otorgó la gestión a Frigalsa. La frigorífica se hacía así con la gestión del inmueble por un periodo de 25 años, prorrogables hasta los 37. La empresa presentó un proyecto ante la Gerencia de Urbanismo para reformar la nave con unas obras que devolverían su uso industrial al emblemático edificio y en las que la empresa había calculado invertir 461.260 euros.

Frigalsa tenía previsto poner en marcha un almacén de congelado de atún para el cual modificaría la fachada con la construcción de tres muelles de carga. El edificio, de 4.400 metros cuadrados, estaba sufriendo las modificaciones proyectadas cuando ocurrió el incendio: una redistribución interior que incluía el derribo de 210 metros cuadrados, remodelaje de las aceras para permitir la entrada de camiones y la construcción de unas escaleras interiores, así como de un ascensor.

El Grupo Pernas, un conglomerado de empresas conserveras, aprovechó esta oportunidad para aliarse con Frigalsa y alquilar una parte de la nave. Su intención era establecer una oficina en el edificio para ampliar así su presencia en Vigo. La planta baja y la mitad de la superior se destinarían a la actividad industrial, mientras que el resto del espacio se dedicaría a los trabajos administrativos con una capacidad para 49 personas.

Fuentes del grupo declaraban en julio que esperaban realizar el traslado en cuanto terminasen las obras, fecha fijada para septiembre u octubre. La firma del acuerdo auguraba una ampliación de la actividad pesquera de la ciudad, con los consiguientes puestos de trabajo, y bajo el mando de dos empresas con capital 100% vigués.