"Yo no le hice nada; solo le toqué con la punta de los dedos la visera del casco por inercia debido al tumulto que había y a la tensión del momento". Así se manifestó ante la juez ayer Xurxo R.M., el vecino de O Calvario acusado de lesionar a un policía local durante el desalojo que se realizó la mañana del pasado 7 de enero en la rotonda de Coia de un grupo de opositores a que se ubique el barco Bernardo Alfageme en esa glorieta. Mientras el imputado negó agresión alguna, el agente declaró que éste le golpeó "con el puño" en el casco, añadiendo que cuando procedía a inmovilizarlo y esposarlo el hombre le retorció un dedo "hacía atrás", causándole un esguince leve por el que estuvo casi tres semanas de baja. La fiscal solicita que el acusado sea condenado a 2 años y medio de cárcel y a pagar 1.240 euros de indemnización por la presunta autoría de un delito de atentado en concurso con lesiones. La defensa pide la absolución.

La vista se celebró en el Juzgado de lo Penal 2 de Vigo. Xurxo R.M. explicó que aquella mañana acudió junto a otra veintena de opositores a una protesta a la rotonda de Coia, sobrepasando la valla metálica por "un paso abierto", y que más tarde llegaron "50 agentes" para proceder al desalojo. El acusado negó que golpease con el puño cerrado el casco del policía: "Era un momento de forcejeos y empujones y, por inercia y por la tensión, sin intención de agredir, le di con la mano abierta, con la punta de los dedos, en la visera del casco, bajándosela". Su abogada describió ese golpe como un "contacto fortuito" sin intencionalidad.

El imputado también negó que retorciese el dedo pulgar de la mano derecha al agente cuando iban a esposarlo. "Yo no hice nada; me empujaron contra el coche, me pusieron las esposas y me dieron un bofetón", refirió, concretando su defensa que, según un vídeo aportado, su cliente difícilmente podría haber golpeado al efectivo ya que llevaba las manos "detrás del cuerpo". Como testigos de la defensa declararon 4 participantes en la protesta, entre ellos el párroco de Cristo de la Victoria, que apoyaron la versión del acusado y señalaron que en el desalojo recibieron por parte de los agentes "empujones y tirones".

Problemas

Frente e esta versión, el policía herido relató que el acusado fue el único de los opositores que "dio problemas" en ese desalojo. Primero, refirió, golpeando su casco "con el puño" y después "retorciéndole hacia atrás" un dedo. Otros tres agentes locales -entre ellos el oficial- que intervinieron ese 7 de enero también testificaron, relatando dos de ellos como vieron que el acusado mandó "un puñetazo" al casco de su compañero, agregando que después escucharon como se quejaba dolorido de que el hombre le había retorcido el dedo. Los policías refirieron que el desalojo fue "pacífico," negando empujones y agregando que con la excepción del episodio con el imputado, los asistentes a la protesta, dentro de lo que cabe esperar en una situación así, estaban "tranquilos" y "la mayoría" poco a poco fueron abandonando la rotonda.

Varias decenas de personas convocadas por la Asamblea Aberta de Coia se concentraron en apoyo al acusado ante los juzgados. Entre los asistentes había cargos de BNG, Anova y EU, y miembros de Podemos.