En rigurosa aplicación de la normativa de Capitanía Marítima de Vigo -vigente desde junio de 2011- nada impide a cualquier embarcación navegar frente a la Cala do Faro siempre y cuando el patrón no supere los 3 nudos de velocidad y gobierne de forma vigilante "para evitar riesgos a la vida humana". Para la Guardia Civil parece claro que Jesús Villar, al mando de la embarcación No se que arrolló el 2 de julio al bañista Marcos Castro, infringió el reglamento al menos respecto a la velocidad y a la prudencia.

Testigos aseguran que el impacto ocurrió frente a la cala y que la planeadora iba "rápido". El patrón confiesa una velocidad "de unos 10 nudos" porque, alega, estaba probando el motor. Sin embargo, recalca que en ese momento navegaba alejado del ámbito de baño, por fuera de la Peña do Cabrón.

Salvo para pescar, poco sentido tendría transitar en paralelo a la cala, una franja marítima delimitada por la propia costa y los pivotes del canal de entrada y salida del puerto deportivo, tan agosta que ni siquiera alcanza los 50 metros y poco profunda. Aunque ahora la investigación aporta una teoría que permitiría explicar por qué se encontraba la lancha donde dicen que la vieron. Según fuentes conocedoras del atestado policial, el patrón zarpó del puerto deportivo, y en lugar de recorrer todo el canal hasta abandonar la marina, cruzó los pivotes dirigiéndose, peligrosamente, hacia la zona de baño.