El Concello da una vuelta al proyecto de convertir en un pasillo verde la vieja y ya abandonada vía del tren de acceso a la estación de Urzáiz y plantea incluir en ella un carril exclusivo para el transporte público, además de otro para bicicletas que se sumarían al espacio reservado previsto para el tránsito de peatones. Este planteamiento lo recoge ya en el primer Plan de Movilidad Urbana Sostenible que acaba de sacar a exposición pública como una de las propuestas para potenciar en el futuro el transporte colectivo y la intermodalidad. En este caso, la Concejalía de Transportes aboga por esta alternativa para agilizar el acceso hacia la futura estación del AVE de los buses interurbanos.

El planteamiento municipal pasa por que se compagine el tránsito del transporte público, ciclistas y peatones sobre la antigua vía del ferrocarril desde la conexión de la autopista AP-9 en Buenos Aires hasta Urzáiz. Serían algo más de dos kilómetros. "Esta propuesta aúna funcionalidad lúdica (paseo/bicicleta) en un corredor arbolado, con la posibilidad para los autobuses interurbanos de acceder a la nueva estación intermodal en las horas punta sin sufrir retrasos asociados al tráfico de la AP-9", se argumenta en el citado estudio. En todo caso, la idea no pasa por desviar todo el transporte público por este vial verde. "La intensidad sería suficientemente reducida como para no resultar molesto para los viandantes y ciclistas", subrayan los técnicos.

Para conseguir esta triple funcionalidad serían necesarios al menos diez metros de ancho, dimensión a la que no se llega en varios tramos, aunque el informe contempla ya fórmulas para su ampliación. "En el corredor actual se identifican zonas de sección muy reducida, en especial en las inmediaciones de los pasos superiores, que se reducen incluso por debajo de los 5 metros [...]. Se podría ascender hasta 10 en el supuesto de construcción de muros en algunas secciones", señalan.

Según esta propuesta, la senda quedaría distribuida a lo ancho por un arcén no transitable (0,5 metros), el carril para el transporte público (4 metros), mediana (1 metro), carril bici (2,5 metros), mediana verde (1 metro) y acera (2 metros). Los técnicos contemplan un segundo planteamiento que eliminaría el espacio reservado para bicicletas en favor de los peatones.

El poco espacio disponible obligaría también a que hubiera solo un carril para el transporte público, que tendría que ser reversible y estar abierto en uno u otro sentido en función de las horas y las necesidades. En el citado informe se recomienda, no obstante, que se solo de entrada a la ciudad. "Aumenta la seguridad y facilita su lectura por parte de los potenciales usuarios, especialmente en caso de ser utilizado para servicios de transporte público urbano y taxis".

Esta solución -agregan los técnicos- sería compatible también con la implantación en un futuro de un metro ligero en los 4 metros de carril reservado para transporte público, aunque esto eliminaría la posibilidad de que circularan autobuses.