Dicho y hecho. Las tarjetas verdes de Vitrasa, que benefician a los usuarios con un descuento de 46 céntimos por viaje, son a partir de hoy exclusivamente para los vigueses. El gobierno local aprueba esta mañana exigir, como condición indispensable a la hora de emitir el bonobús, que el titular esté empadronado en el término municipal. "Llevamos adelante el principio de que los impuestos de Vigo deben pagar los servicios de los ciudadanos de Vigo", afirmó el alcalde, Abel Caballero, al anunciar la medida.

La restricción se limita a los bonos de nueva expedición, por lo que los usuarios empadronados en otras localidades que estén en posesión de la tarjeta verde podrán seguir usándola. Caballero matizó que será así "por ahora", y avanzó que "en un tiempo se irá transformando toda esta situación". El gobierno local prepara desde hace meses la implantación de una tarjeta ciudadana en sustitución de los actuales bonobuses con la posibilidad de usarla como medio de pago en más servicios que el transporte urbano, caso de las instalaciones deportivas municipales. El sistema, que podría estar en marcha en el primer trimestre o en primavera, supondrá la renovación de todas las tarjetas, con lo que el descuento tiene fecha de caducidad para los empadronados fuera de la ciudad que disponen ahora del bono verde.

El modelo, por otra parte, podría incorporar novedades en las tarifas. Los bonos actuales se mantendrían, pero se estudia la posibilidad de establecer, por parte de la empresa concesionaria, otros universales con descuentos por número de viajes sin requisito de estar censado en Vigo, según el planteamiento con el que trabaja el gobierno local.

Caballero emplaza a los alcaldes de los concellos del entorno a firmar convenios con Vigo para que sus vecinos puedan seguir favoreciéndose de los descuentos. Eso sí, dejó claro que la financiación debe correr por cuenta de los municipios en los que estén censados los usuarios. Como alternativa plantea que los demás regidores de la comarca lleguen a acuerdos con la Diputación o la Xunta para costear la bonificación a sus censados.

El acuerdo que se adopta hoy establece la exigencia de estar empadronado en Vigo para obtener la tarjeta verde "dado el elevado coste que supone su utilización para el presupuesto municipal", reza la resolución. La subvención municipal se ha elevado ininterrumpidamente en los últimos años y supera ya los 11 millones de euros. El alcalde cifra "entre 300.000 y 400.000" el número de tarjetas expedidas. "Como es gratis total el número es inmenso. Hay más tarjetas verdes que ciudadanos de Vigo", apuntó. El Concello carece de datos sobre lo que ahorrará con la medida que toma esta mañana.

Antes, a los pensionistas

No es la primera vez que el gobierno local aplica una restricción en función del lugar en el que esté empadronado el usuario. Caballero recordó que hasta su primer mandato la tarjeta para los pensionistas, -que pueden desplazarse gratuitamente en bus-, era también universal, y el gobierno local la limitó a los censados en Vigo. Por cada desplazamiento de un jubilado con bono el Concello desembolsa el precio del billete íntegro a la concesionaria, 1,32 euros. La ayuda a este colectivo representa ya 5,4 millones al año a las arcas municipales, prácticamente la mitad de lo que gasta el Concello en subvencionar a los usuarios del transporte público.