Candela tenía poco más de dos años y ya había logrado alzarse como subcampeona gallega en 2011. El pasado jueves un cazador acabó con ella de dos disparos cuando entrenaba en la zona de Ribeira. Este halcón peregrino hembra era propiedad de uno de los trabajadores del Servicio de Control de Fauna de Peinador y, la mayor parte de su vida, había trabajado en la seguridad de la pista del aeropuerto vigués, evitando los accidentes que pueda causar la presencia de otras aves. Su dueño, Lucas Boubeta, denuncia que el animal fue abatido "a mala fe" y recuerda que la especie está protegida.

Boubeta relata que, ahora que no estaban utilizando al animal en Peinador, un amigo realizaba labores de entrenamiento con él en una loma despejada de Ribeira. Cuando Candela se alejó tras unos árboles, el cetrero escuchó dos disparos y, al ver que no regresaba, buscó su paradero gracias al localizador que porta el ave. La encontró "con todos los huesos rotos", escondida bajo unas ramas junto a un pino. Un Land Rover abandonaba el lugar en ese momento.

La concentración de la munición en el cuerpo del halcón y su ocultación son los argumentos en los que Boubeta basa su acusación. "Sé que no fue un error porque llevaba cascabeles. Se los ponemos para que se sepa que son halcones y, ya desde lejos, llaman la atención. Pero es que además, Candela no fue abatida por un plomillo perdido; tiene tantos perdigones que tuvo que ser de cerca", sostiene. Además de a una multa de alrededor de 6.000 euros, el cazador también se enfrenta a la retirada de la licencia de armas.

Boubeta cuenta que no se trata de un hecho aislado. Denuncia que, ante la competencia de estas aves rapaces, los cazadores tiran en su dirección para ahuyentarlas. "Es algo habitual entre los de la vieja escuela; menos mal que los jóvenes son más respetuosos", asegura. En España ya hay varios casos en los que estas acciones acaban con la muerte del animal. "En Galicia debe ser una de las primeras", señala Boubeta, que interpuso una demanda por los hechos en el cuartel de la Guardia Civil de Boiro.

El valor de Candela es incalculable para su dueño. "Solo el precio de adquisición de este animal en el mercado ronda los 1.000 euros, pero si le añades el adiestramiento (una hora al día durante dos años) y el valor sentimental, es que no tiene precio", subraya. El seguro de la tarjeta federativa cubriría parte de este daño, si el cazador no se hubiera dado a la fuga.

Desde el Servicio de Control de la Fauna de Peinador hacen un llamamiento para que los aficionados a la caza y a las palomas, en particular, y la población, en general, sea más respetuosa con los cetreros y sus animales. Señalan que muchas veces "los halcones salen mal parados por la inhumanidad de la gente". Narran que, hace dos años, una mujer dejó inutilizado durante meses a uno de los halcones de la plantilla de Peinador al verlo atacar a una paloma: "Se alejó del área del aeropuerto y, cuando lo localizamos, una señora lo tenía cogido por las alas y quería matarlo con un palo".

Los cetreros cuentan que los halcones peregrinos son animales dóciles. Entrenados, tras coger a una presa, esperan pacientes emitiendo sonidos a que su cuidador acuda a premiarlos.