El "deseo de cambio" que Viviana García leyó en las urnas cuando alcanzó la presidencia del Real Club Náutico, hace hoy un mes, empieza a recibir respuesta. En las entrañas de la entidad, entre documentos, cuentas y planos; pero también en la fachada más visible al público. Empleados del club trabajan desde ayer en el recinto de A Laxe que alberga la piscina, el gimnasio y los vestuarios para acometer las "primeras reformas más urgentes". Así, y aprovechando que las instalaciones permanecerán cerradas hoy todo el día, tratarán las humedades de las paredes, volverán a pintar allí donde la capa se haya desconchado y darán un "lavado de cara" al suelo de pasillos y aseos. El objetivo es finalizar antes de que el recinto abra sus puertas mañana.

Las labores, que se afrontan con personal del club y materiales que ya estaban almacenados, costarán mil euros; pero representan solo la primera fase de una serie de "arreglos necesarios" a los que el colectivo destinará, de aquí a abril, cerca de 24.000 euros. "Son trabajos que no deben esperar más tiempo", explica Pedro Luaces de la Herrán, un asesor financiero y perito judicial que ejerce en la nueva junta como tesorero.

Para alcanzar ese "cambio" inicial en las instalaciones el Club maneja ya plazos y números. Una vez finalicen las primeras reformas, mañana se empezará a preparar la segunda fase, presupuestada en 8.000 euros y que, según las previsiones de Luaces de la Herrán, debería arrancan "a finales de diciembre". "Cambiaremos las puertas de la piscina, que son las originales del edificio y datan de 1967, por otras similares", avanza la dirección, que también repondrá los bancos, puertas y duchas deteriorados por el uso y el paso del tiempo. En la misma cometida se limpiarán los cristales de la piscina y cambiarán los que están rotos. El edificio de vela ligera -que en la actualidad alberga las oficinas del puerto deportivo- verá también las primeras mejoras. Poco después arrancarán las mejoras en los Abetos.

En una tercera etapa, prevista para primavera con una partida de 15.000 euros, el club sustituirá la cristalera superior de la piscina y raspará el adhesivo que cubre el lateral que mira hacia As Avenidas. "Queremos cambiar la imagen de los nadadores que luce ahora por otra con la insignia del Real Club Náutico", avanza Luaces de la Herrán. La complejidad de la tarea requerirá la instalación de andamios, "pero nuestra previsión es tener cerrada la piscina, como mucho, 48 horas en días alternos", concreta el tesorero del club. También hacia abril se eliminarán las humedades del techo del edificio de vela ligera.

Las labores de reforma no son lo único que el Náutico tiene sobre la mesa. Su directiva actual juzga que "el espacio está mal aprovechado" y estudia una redistribución profunda de las dependencias. La más importante será el traslado, "de febrero a marzo", de las oficinas del puerto deportivo -ahora en el edificio de Capitanía- al edificio social. "La administración central está aquí, en la sede del club, y el cambio de ubicación también favorecerá sinergías", anota Luaces de la Herrán. Al vaciar el edificio de vela ligera el Náutico ganará un amplio espacio que le permite extender las aulas que ya ahora dedica a clases teóricas de vela y de títulos para embarcaciones. "Si en estos momentos hay espacio para 30 alumnos se podrá subir aproximadamente a 120, lo que también será una fuente de ingresos para el Náutico", zanja.

Pintar paredes y suelos del edificio de las piscinas - Operarios del Náutico trabajan desde ayer en el recinto que alberga la piscina, el gimnasio y los vestuarios, entre otras dotaciones, para pintar las paredes más afectadas por la humedad y adecentar el suelo de los aseos y pasillos. Estas primeras reformas, "las más urgentes", requerirán un desembolso de cerca de mil euros de las arcas del club.

Cambiar mobiliario y "repensar" el espacio - En una segunda fase, que la junta directiva fija para finales de mes, el Náutico repondrá el mobiliario más dañado de sus instalaciones deportivas, como las puertas de acceso a la piscina o los bancos de los vestuarios. En el edificio social se intentará "aprovechar mejor" el espacio, buscando nuevos usos, por ejemplo, a la amplia sala de la planta baja.

Cambio de cristaleras y traslado de oficinas - Durante la tercera fase que plantea el Club, presupuestada con 15.000 euros y emplazada para abril, se sustituirán los cristales superiores -los de la parte baja ya estarán limpios- de la piscina y se cambiará la pegatina que luce la fachada frontal que mira a As Avenidas por otra con la insignia del Náutico. Antes, las oficinas del edificio de vela ligera pasarán a la sede social.