Cerrado en 1880 y transformado en viviendas el de la Porta do Sol, la necesidad de un nuevo teatro en Vigo fue una constante en las páginas de FARO durante varios años. Resultó una obra complicada, tanto que llegó a tener hasta tres nombres. En los planos fue bautizado como Romea y Teatro Cervantes y se inauguró en 1900 con el nombre de Teatro Rosalía Castro.

El 11 de diciembre de 1886, FARO informaba ampliamente de la memoria "repartida a los señores accionistas por la Comisión encargada de llevar adelante las obras del teatro".

En ella se señalaba que "la comisión designada para recibir del Excelentísimo Ayuntamiento el edificio en construcción destinado a teatro, no ha podido hasta ahora presentar a los señores accionistas su cometido terminado, por haber encontrado obstáculos para la entrega de la obra a que dio lugar la corporación municipal, fundándose en la dificultad que tenia de presentar una liquidación general que acompañase y complementara la entrega, según eran los razonables deseos y aspiraciones de esta Comisión".

Por fin, "nombrado D. Genaro de Lafuente perito del contratista, y de acuerdo con el Arquitecto municipal, Director de la obra, procedióse a la liquidación definitiva".

Para mayor esclarecimiento "del estado actual de esta construcción y mejor juicio que puedan formar los señores accionistas", la Comisión recordaba que "se han satisfecho hasta el día por razón del teatro y por todos los conceptos, pesetas 191.562, 50 igual a lo recaudado, pero aún con las anteriores cifras no queda el edificio en disposición de ser abierto al público, toda vez que, como no pueden desconocer los señores accionistas, faltan todavía los gastos complementarios y de decoración, que vamos a especificar en cifras redondas y aproximadas".

Y así, "para butacas, sillas, forros de asientos, palcos, biombos, etc." hacían falta 10.000.

Para "instalación de cañería, aparatos para alumbrado de gas y servicio de aguas", pesetas 20.000 y 25.000 "para la decoración de la sala principal y dependencias todas del público y para menage y decoración del escenario, tramoya y maquinaria, pesetas 25.000", lo que daba un total 80.000 pesetas.

En la nota se recordaba también "que se debe al contratista y terminación de la obra, con arreglo a subasta, pesetas 108.644, 41, lo que sumado a las 80.000 necesarias para abrir al teatro da un coste total final de 380.206,91 pesetas".

Finalmente se decía a los accionistas que "en vista de los datos que se suministran y otros que juzguen necesarios, resuelvan lo que tengan por conveniente"