La madre que educa a su hijo de 9 años en casa y que la Fiscalía ha solicitado llevarla a juicio por un presunto delito de abandono de menores defiende a capa y espada su "potestad" para elegir el "tipo de educación" para el pequeño. A.R.L.V. trabaja junto con otros padres en la Asociación para la Libre Educación (aúna a 300 familias) para que se reconozcan legalmente los modelos de enseñanza alternativos al establecido. Pero su caso ya ha llegado a los tribunales y está siendo investigado por el Juzgado de Instrucción número 7 de Vigo. "La pelota está en el tejado político", afirma en alusión a la ausencia de una normativa legal específica para estos modos de educación al margen del sistema reglado. "Lo más difícil de llevar es que no se conozca esto y se rechace desde la sociedad", lamenta esta madre viguesa, viuda desde hace años.

Todo comenzó en el curso 2009-2010, cuando decidió matricular a su hijo en un centro escolar de Vigo. "A los tres días empezó con fiebre, se encontraba mal y no quería ir al colegio. Valoramos un cambio de clase, junto con el personal del centro, y se cambió de tercero de Primaria a segundo, yo estaba de acuerdo; pero el pequeño no estaba bien, no encontraba satisfacción en el aula y decidí presentar la carta de renuncia en el colegio. No es un niño que esté acostumbrado a un cambio de tema cada 45 minutos", explica A.R.L.V., quien admite que ya antes de que el menor abandonase el centro ella ya tenía "dudas" acerca del sistema educativo establecido.

Desde entonces, ¿cómo es la vida cotidiana del menor? Todas las mañanas, de 9.30 a 14.00 horas, acude a una pequeña casa con un espacio exterior que comparte con otros tres niños, que tampoco están escolarizados en un colegio. Allí, sus padres y dos monitores se encargan de su educación. "Las mañanas no son todas iguales, van cambiando con las edades y el tiempo. Los niños resuelven problemas de matemáticas, tocan música, dibujan, cada día realizan una actividad, como carpintería, hay un espacio psicomotriz, otro de matemáticas manipulativas...", resume A.R.L.V.

Aislamiento

En relación al nivel académico del menor, inferior al de otro niño de su edad según la Fiscalía, su madre lo ratifica, sin aclarar a qué se debe. "No creo que la educación de mi hijo corra peligro", afirma. En cuanto al posible aislamiento social que pudiera sufrir el pequeño, aclara que "tiene amigos y juega con otros niños en el parque por las tardes".

Por el momento, esta familia monoparental no se plantea escolarizar al menor. "Seguiré hasta donde lleguen mis fuerzas y mi hijo me lo pida", declara A.R.L.V. No quiere crearse "falsas esperanzas" e intuye que el procedimiento no será sobreseído. "Mi mayor responsabilidad es que mi hijo se encuentre bien, y ahora lo está", concluye.