El proyecto para la ampliación del túnel de Beiramar, que en la actualidad redactan empresas adjudicatarias del trabajo, eliminará el parking que se había planteado en la etapa del bipartito en la Xunta. El diseño anterior incluía un estacionamiento entre la superficie de la avenida y el propio subterráneo, con capacidad para unas trescientas plazas.

La razón de la exclusión en el proyecto es el cambio experimentado por la Consellería de Infraestructuras que, a poco de tomar posesión, ya puso en evidencia que el anteproyecto anterior no servía, porque podría llegar a colapsar el tráfico portuario, por lo que optó por mantener la circulación también en superficie.

El tráfico por la avenida, destinado sobre todo a camiones del puerto, a las industrias que hay en la zona y a los transportes de piezas especiales, impedirá, según los técnicos de la consultora de ingeniería Idom y Ciesa –adjudicataria del contrato para redactar el proyecto– construir el estacionamiento subterráneo.

De hecho la anterior iniciativa partía de la base de la peatonalización completa en superficie en la avenida. Ahora, con el mantenimiento del tráfico la placa que separe la calzada del túnel debe ser mucho más resistente.

La supresión del estacionamiento subterráneo no es la única novedad que presentará el proyecto cuando se presente en otoño, adelantando un mes el que figura en el contrato que es de un año desde su adjudicación.

El tratamiento de la propia superficie de la avenida implicará un diseño que compagine el tráfico rodado con el paseo peatonal, sobre todo teniendo en cuenta que cuando se acabe la obra ya llevará al menos tres años funcionando el Auditorio de Beiramar. "El principal postulado para el proyecto es no impedir ni poner trabas al tráfico portuario; a partir de ahí, estamos abiertos a las propuestas de aceras y de diseño que nos hagan los técnicos".

El principal problema con que se encontrarán los ingenieros que redactan el proyecto –la consellería ya reconoce que es un trabajo "complejo técnicamente"– es encontrar la solución para las canalizaciones de servicios que discurren en la actualidad bajo la avenida, y que forman el núcleo principal del abastecimiento de energía a la zona industrial y al recinto portuario. Además, el túnel supondrá un cambio en la ubicación del colector de margen de ría, que discurre por debajo de la avenida de Beiramar. Esta es la principal canalización de saneamiento que hay en la ciudad, ya que recoge todas las aguas residuales del casco urbano para conducirlas hasta la depuradora del río Lagares.

La solución a esa canalización "es compleja" según reconoce la propia consellería, de la misma forma que lo fue cuando se construyó el primer tramo del túnel de Beiramar y fue necesario ubicar una estación de bombeo en las inmediaciones de la plaza de O Berbés. Una instalación que también se verá afectada con la prolongación del túnel y que habrá de ser diseñada en el proyecto que los ingenieros entreguen en la Xunta.

El túnel de Beiramar ha sido objeto de polémica esta semana en el parlamento de Galicia, ya que el grupo socialista instó al Gobierno de Núñez Feijóo a que acelerase los trámites para su inicio, ante lo que consideraban un "retraso sin explicación".

La adjudicación de la obra, una vez aprobado el proyecto que ahora se redacta, se producirá a lo largo del año próximo, según el calendario que maneja la consellería.