"Nací el 2 de abril de 1946 en Vigo, con parálisis cerebral. Antes no había los adelantos de hoy y lo que hicieron fue ponerme unas corrientes que me quemaron la piel. Los médicos me decían que a los siete años me moriría; ahora tengo 62 y aún estoy viva". Es el testimonio que aparece en la portada del libro "El mundo de lo hecho a mano", editado por la Asociación de Familias de Personas con Parálise Cerebral (Apamp), en el que repasa sus treinta años de historia y que actualmente preside Daniel Varela.

Integrado por fotografías realizadas por Eli Regueira y testimonios escritos por monitores y por las personas que reciben atención en el centro, el volumen tiene una parte central con imágenes de los talleres que se imparten en Apamp, seguida de un apartado más visual sobre los tratamientos de hidroterapia o fisioterapia. Todo ello, según explica Regueira, sin olvidar nuevos textos de niños y monitores, que también relatan anécdotas vividas en su vida.

La última parte incluye los deseos de las personas con parálisis cerebral que colaboraron en la edición y que completa un libro que llevó un año de trabajo. "La idea era reflejar lo que hace Apamp centrándonos en los talleres porque es lo que tienen desde su origen, pero después se decidió ampliarlo y hablar sobre su historia desde el punto de vista de los colaboradores y voluntarios y también siguiendo la vida de la gente que acude al centro", apunta Regueira.

Historia de la entidad

Por su parte, la directora del centro, Conchi Somozas, explica que la asociación surgió de otro colectivo, Auxilia, que se instaló en Vigo en los años 60. "Empezamos con el trabajo de voluntarios, sobre todo de personas relacionadas con el mundo de la educación y la pedagogía, visitando casa por casa", recuerda, "pero la integración ha ido mejorando y la especialización y formación de los monitores es cada vez mayor".

Poco a poco, Apamp fue creciendo y ofreciendo más servicios. Actualmente atienden a 54 personas en el centro ocupacional junto a otros 75 chicos que acuden a actividades con un personal que alcanza los 27 trabajadores. Además, afrontan un nuevo reto: la construcción de un centro de día en Navia y tienen en proyecto una residencia con 32 plazas. "Hay demanda, tenemos a más de veinte personas en lista de espera y debemos luchar por conseguir atenderlos a todos", concluye.