"El mayor problema son siempre los accesos", señala Javier, un miembro de la Asociación de Familiares de Personas con Discapacidad Cerebral (Apamp) de Vigo, que se enfrenta con sus amigos a infinitas dificultades para poder ver una película de estreno. Y eso que forman parte de un un grupo que realiza salidas independientes y sirven de ejemplo para otros jóvenes.

Reclaman "mayor concienciación de las empresas y de las administraciones", pues a los problemas de adaptación de muchos pubs y restaurantes se unen impedimentos en su vida diaria para desplazarse por el centro de la ciudad. "No es justo que sea tan caro ir al cine para verlo desde delante y en malas condiciones, pero mucho menos que en la obra pública no se piense en nosotros al diseñar aceras, calzadas o zonas verdes".

Acompañado de otros dos amigos, ayer por la tarde acudió al cine, una afición a la que muchas veces renuncian por la incomodidad que les supone y los dolores de espalda con los que acaban la tarde. Desde Apamp sus responsables insisten en que "las necesidades de ocio de las personas con discapacidad son muy distintas y es difícil responder a todas", aunque al igual que los demás colectivos considera que en el ocio "vamos un pasito por detrás". Los trabajadores del grupo intentan normalizar al máximo las salidas de sus miembros con una especie de guía en la que van recogiendo todos los restaurantes y recintos accesibles y aquellos que pueden suponerles dificultades.