Claro, un secreto aún, boca cerrada entre quienes decidieron, porque será la próxima semana cuando se abra la urna popular en que se almacenan los votos de todos los que han ido dando su puntuación en uno u otro bar de los que concursaban. Ese día se conocerán el primero, segundo y tercer premio elegidos por el jurado y otro primer premio que saldrá del público de modo natural e irrebatible.

De los 21 bares que ofrecieron tapa por el barrio viejo este mes sólo 10 decidieron, o se atrevieron, a presentarse ayer, y la impresión del Jurado fue que cada año aumenta el nivel de las tapas y la dificultad para elegir entre ellas. Podríamos decir que los concursantes se esmeraron en fondo y forma, en presentación, texturas y sabores. El concurso está generando en el barrio un espacio para la cultura de la cocina en miniatura que, si se mantiene, contribuirá a consolidarlo como lugar de encuentro, como itinerario gozoso para el ocio.

¿Quiénes se presentaron contribuyendo a este clima cultural de aromas y sabores? Ahí están: A Pita Tola (Teófilo Llorente, 8) con su flor de otoño; La Carbonara (Teófilo Llorente, 28) con su tortilla de gambas; la Crepperie do Mar (Real, 22) con su Especial Cabrita; Dona Vaniri (Porta do Sol, 2) con su croissant de almendra; La Comidilla (La Palma, 5) con sus quevirantes; Mama Oko (Real, 10) con su paté sefardí con queso de cabra y aceite de albahaca; Retranca (Oliva, 6) con su "doce delicia", Vinotales-Soportales (Plaza de la Constitución) con su "boca jrande"; y El Pulpo Mejillonero (Palma, 1) con su "mar y tierra". ¡Uf, se abre el apetito al nombrarlos!

¿El Jurado? Desvelémoslo porque será un responsable, junto al público, de los premios que se conocerán la próxima semana. El teniente de alcalde, Santiago Domínguez; el gerente del Consorcio del Casco Vello, Alfonso Ramos; la arquitecta y técnica del mismo Nuria Campos; Raúl Fontán, presidente de los comerciantes del Mercado del Progreso; David Barco, presidente de la Asociación Gallega de Sumilleres y el vicepresidente, Antonio Portela, además de un periodista de FARO.

El barrio viejo está sembrado de tapas hace un mes, iluminado por esta cocina liliputiense y minimalizada que desde los espaguetis de sepia con mejillones y mollo de wakame a las canastillas de pasta de galleta rellenas de crema de membrillo y tetilla, pasando por todas las ya citadas y participantes en el concurso. En el barrio viejo bulle una nueva vida, tapa a tapa. ¡Larga vida a la tapa, larga vida al casco vello!