Si tú la visitas en su finca de Chaín, en el Gondomar más exuberante y vegetal, la podrás hallar entre glicinias, madreselvas, hortensias, margaritas, rosales y dondiegos pero también entre aguacates, nísperos, naranjos, mandarinos, manzanos... o entre robles o castaños. Pero sería falso dar de ella una imagen bucólica. No está por casualidad en medio de ese esplendor vegetal, ni en un retiro dorado de aroma hortofrutícola sino que, por lo contrario, en "A Casa dos Anxos" ha creado un establecimiento del llamado Turismo de Naturaleza y Salud que incluye un huerto ecológico en el que cimenta uno de los pilares de su proyecto personal: la alimentación sana.

??Ese es su presente, activo e ilusionante, pero antes hubo una Anunciación González que se pasaba de primera hora de la mañana a primera de la noche en el despacho de dirección de un banco, el Urquijo, en el que rompió ese techo de cristal que impide a las mujeres alcanzar las metas profesionales para las que están preparadas. Ella no sólo había obtenido la máxima confianza de su banco cuando la nombró en los años 70 Jefa de Riesgos, una responsabilidad entonces muy de hombres y que ella tuvo durante 10 años, sino que la redondeó en 1984 cuando la nombraron directora en Vigo y le mantuvieron esa confianza durante 16 años, hasta que ella mismo desistió. Había asignaturas pendientes que debían ser vividas.

??Una larga etapa bancaria vivida con entrega y pasión y que recuerda con mucho cariño. "Siempre tuve presente -cuenta ella- que era un reto ganar esa apuesta que en el banco hicieron por la mujer. Fallar yo era como fallar a mi sexo también, dar verosimilitud a esa mentalidad masculina según la cual hay actividades vedadas para la mujer. Tenga en cuenta que hablamos de los años 70 y 80. En realidad yo nunca me plenteé estar en la dirección de nada sino ser una buena profesional. La Dirección en aquellos años era, realmente, cosa de hombres. Había mujeres que se volvían atrás en un trabajo como ese porque temían, y no sin razón, ser incapaces de afrontar el mundo de la casa, que pivota sobre ellas, y sus obligaciones profesionales. Si aceptas tienes que entregarte en cuerpo y alma a tu trabajo, cosa que al hombre no se le exigía".

??Ani no puede asegurar que sea soltera por vocación o por la plena dedicación a su trabajo en la que se volcó tantos años. "Tampoco me planteo eso ahora -dice ella- porque no me gusta perder energías pensando en lo que pudo haber sido y no fue. Además, la mujer elige hoy su modo de vivir. La mayor parte de la gente cree que la felicidad se la va a dar otra persona pero el auténtico bienestar hay que buscarlo dentro de uno mismo: exige estar bien consigo mismo".