Los hosteleros reclaman mejoras fiscales para aminorar la caída en picado de sus ingresos. La federación que los representa exigió ayer al Concello que suprima la tasa que grava la instalación de terrazas en la calle para ayudar al sector a capear el temporal. “La facturación ha bajado en general un 40%, y muchos propietarios de bares y cafeterías lo están pasando mal”, afirmó el presidente del colectivo, José Magaz.

El Concello recibió hasta ahora 65 solicitudes de permiso para instalar mesas y sillas. La bonanza meteorológica ha animado a muchos hosteleros a buscar rendimiento económico en esta fórmula de negocio. “En verano pueden incrementarse los beneficios más de un 20%”, estima Magaz. El dinero que se paga en el centro por instalar una terraza alcanza los 5.600 euros al año, según un empresario consultado que tiene un establecimiento en la Porta do Sol. Por trimestre el coste es más caro en proporción. El mismo hostelero pagaría por tres meses 2.300 euros.

“El precio de las consumiciones sube porque la tasa es muy alta, aunque la gente no lo sepa, y el dinero se paga al Concello por adelantado, antes de recibir el permiso. La exención sería una fórmula, y podrían plantearse otras como suprimir la tasa de la basura”, expone el empresario. A lo largo del año pasado el Concello concedió 231 autorizaciones para instalar terrazas y sólo denegó diez. Magaz advierte de que “se están cerrando muchos negocios porque no llegan a fin de mes”, y demanda a la administración “que sea consciente de la situación y eche una mano al sector”.

La Policía Local, según fuentes municipales, inicia este fin de semana las inspecciones a locales para comprobar que se ajustan a la ordenanza, pagan la tasa obligatoria y no exceden los metros concedidos. Tras la fase de advertencias comenzarán a aplicarse las sanciones. que van de 600 a 2.000 euros.