Proyectar la imagen de la Ría en el interior de la estación. Ésa es la idea central del diseño que el arquitecto norteamericano Thom Mayne planteó ayer al gobierno vigués para la nueva terminal de Urzáiz, que incluirá un gran anfiteatro al aire libre en el techo de la estación y un prisma invertido que actuará de periscopio, reflejando la imagen de la fachada litoral en el interior. Funcionará a través de un sistema de pantallas que llegarán a la altura de las vías del tren, a 15 metros bajo tierra. Lo primero que verán los usuarios de la alta velocidad al pisar suelo vigués será una "postal" de la Ría proyectada en una gran pantalla de 30 por 10 metros. El efecto espejo se conseguirá a través de un gran espacio abierto a modo de galería que permitirá la ventilación y entrada de luz natural a las cuatro plantas proyectadas, dos soterradas.

"Relacionar la extraordinaria vista del exterior con la estación y abrir esta extensa zona a la ciudadanía", esas fueron las ideas clave con las que el Premio Pritzker 2005 partió de la ciudad en su primera visita del 9 de octubre. Su equipo ha resuelto técnicamente esta complicación con un periscopio acristalado y habilitando una gran plaza en el techo de la estación que tendrá una superficie equivalente a ocho campos de fútbol. Estará unos metros por debajo de la cota de Vía Norte, para eliminar cualquier obstáculo visual, y tendrá locales de hostelería.

El regidor vigués, Abel Caballero, acogió "entusiasmado" el "excepcional" boceto de Mayne y agradeció la sensibilidad mostrada por su equipo a la hora de integrar la estación en el entorno hasta convertirla en el "nuevo corazón del casco urbano". El diseñador pretende acometer "un proyecto determinante para la ciudad" que conecte la estación y su plaza con el centro.

La propuesta busca convertir la nueva terminal en un gran mirador con doz zonas de paseo. Una en la parte alta de la plaza, donde se salvarán los 3,5 metros de desnivel entre Vía Norte y el techo de la estación con un graderío y locales de ocio. El segundo paseo se contempla casi a la altura de la autopista. El arquitecto dibuja en esta zona una gran senda verde encima de las actuales vías donde desembocará la entrada peatonal desde la parte alta de García Barbón y para la que será necesario habilitar un paso elevado sobre la AP-9 o un túnel subterráneo bajo la calzada.

El diseño presentado ayer por el equipo de Mayne a Caballero y a los representantes de Riofisa y Adif podría sufrir ligeros ajustes, pero se mantendrán invariables la plaza, el periscopio y el anfiteatro, que el Concello propone acristalar para aprovecharlo también en invierno.

La nueva terminal debe estar finalizada en 2012 y el proyecto definitivo se conocerá en febrero. Hasta entonces, el creador norteamericano y su equipo técnico deberán perfilar los materiales a utilizar y el diseño de la fachada principal, que mantiene su emplazamiento pero se adelanta unos metros y se ampliará hasta convertirla "en un nuevo icono arquitectónico", según el autor. En su frontal se habilitará una segunda plaza circular de piedra por la que entrarán peatones y vehículos.

La estación y la plaza en su parte superior ocuparán casi todo el solar entre Vía Norte y la autopista. Tendrá cuatro plantas: un segundo sótano a donde llegarán los trenes y zona aparcamiento; un menos uno sólo para estacionar vehículos y dos plantas comerciales en superficie, las únicas que verán los vigueses.