El polémico ungüentario fue descubierto en 2003 durante un control arqueológico realizado durante la ejecución del túnel del Areal y trasladado a Santiago al año siguiente para formar parte de la colección permanente del Museo de las Peregrinaciones, ya que las primeras investigaciones lo vinculaban en exclusiva a viajes a Tierra Santa y no al comercio por mar. "Y todos sabemos quién gobernaba en ese momento en el Concello y en la Xunta", recordó con cierta sorna la conselleira de Cultura durante la presentación de la pieza, reprochando a los populares de Vigo la "polémica estéril" creada contra la Xunta por los retrasos del prometido traslado a la ciudad en la que apareció.

Por el contrario, Abel Caballero alabó la gestión realizada por Ánxela Bugallo y la definió como "la persona que hizo posible que el ungüentario regrese a Vigo", cumpliendo así con un acuerdo del Parlamento de Galicia por el que los tres grupos con representación en la Cámara pedían a la Xunta que la cerámica palestina se expusiera en Vigo y no en Santiago.

Aunque fue el PP el que autorizó su marcha de la ciudad olívica hasta la capital de Galicia, los populares hace meses que llamaron la atención sobre la falta de voluntad de Cultura por no ejecutar el traslado y proponían para albergarlo otro emplazamiento, el Museo Municipal Quiñones de León, en Castrelos, en lugar del Museo del Mar de Galicia.

La polémica la zanjó ayer la conselleira al resaltar la "magnífica colaboración" entre Administraciones autonómica y local en los últimos meses y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que criticó " a quienes quisieron crear una polémica artificial y hacer del traslado una batalla política". Justificó los retrasos por el acuerdo entre ambas partes para "poner la pieza en las mejores condiciones" y posteriormente depositarla de forma definitiva en Vigo.