El Vicus romano estaría formado por muchos vicus, de menor entidad en lo que en expresión que más tarde se haría habitual refiriéndose a Vigo, se podría considerar como una confederación de aldeas.

Porque los expertos consideran que allí donde hubo un castro hubo después una villa romana y más tarde una parroquia. Hay castros y restos de villas romanas desde Bembrive al Vixiador pasando por Castrelos, Teis, Alcabre o Canido.

Algunos expertos como el arqueólogo Xulio Carballo consideran que el gran Vigo romano tendría unos 2.000 habitantes, aunque otros lo elevan a 10.000, y se extendería desde Ríos hasta Sobreira, con niveles de ocupación variables. Y el núcleo principal ocuparía la parte de la ciudad actual entre Colón y el Casco Vello, lo que constituiría la gran villa romana aún por descubrir.

Xulio Carballo destaca de manera especial el asentamiento romano del Areal por su especial relación co la actividad marítima y porque será el germen de la actual ciudad y que sustituyó en importancia al Castro de Vigo.

Las investigaciones indican que el asentamiento romano vigués se desarrolló paralelo a la línea de costa. La distribución interna del poblado, para Pérez Losada, obedece al modelo disperso, con edificaciones exentas y separadas entre sí por espacios vacíos, lo que no impide que se puedan constatar indicios de la existencia de una cierta infraestructura urbanística.

Centro de almacenamiento

Coinciden también los investigadores en la preponderancia de la actividad comercial y productiva relacionada con el mar, "auténticos motores económicos que justifican la existencia y el desarrollo del asentamiento romano como tal".

El Vigo romano puede definirse como un centro de almacenamiento y redistribución e incluso como un puerto de comercio, desde el que se canalizan y comercializan tanto mercancías ajenas como productos propios, especialmente sal y salazón.

Pérez Losada destaca de una manera especial la producción de sal marina, una industria extractiva documentada por primera vez en la Galicia romana y que, por el tamaño de la salinas, fue masiva e industrial y destinada a abastecer de sal las múltiples factorías salazoneras del propio Vigo, entre las que destacan las de Marqués de Valladares o Praia de O Cocho.

El núcleo romano vigués nunca fue un centro viario importante, todo lo contrario de lo que sucedió con las comunicaciones marítimas.