No hay fiesta gallega que se precie en la que no se acabe pronunciando el Conxuro de la Queimada. Quien más y quien menos ha invocado a los "mouchos, coruxos, sapos e bruxas" envuelto en el aroma del aguardiente quemado, pero la mayoría desconoce que su autor reside en Vigo y que compuso estos versos hace cuarenta años. Mariano Marcos de Abalo (Pobra do Caramiñal, 1937) completa su ecléctico currículo con las aficiones de humorista, dibujante, poeta, coleccionista de pipas y esquelas con mote, además de autor de tallas de marfil y madera y pregonero en numerosas fiestas de la zona.

- ¿Cómo nació el conjuro?

- Son cosas que vienen de repente. A principios de los sesenta celebrábamos guateques en un barco decomisado atracado frente a la Cruz Roja y en la habitación de mi pensión, conocida como "El Palomar". El Conxuro empezó ahí y en el 74, cuando ya actuaba en la discoteca Fausto, añadí las dos últimas estrofas. Después hice queimadas durante nueve años en el barco nocturno de la ría.

- ¿Qué reacción provocaba entre los turistas?

- Lo pasábamos de maravilla. Los japoneses en cuanto veían los potes ya empezaban a filmar. Mi imagen está en todo el mundo.

- ¿En qué otros lugares ha realizado su espectáculo?

- Todos los años participo en la Fiesta del Turista en Baiona y hago queimadas para bodas, reuniones y cenas medievales en el Parador. Me han llamado de toda Galicia y también he estado en Santarem, cerca de Lisboa, en León y en Valladolid. En el 88 me nombraron caballero de la Orden Serenísima de la Alquitara de Portomarín. Y he ido a la TVG en varias ocasiones, pero no las disfrutas igual porque no ves a la gente y Gayoso, en Luar, me trató con un poco de desprecio. Sólo quiere destacar él.

- ¿Cuál es la receta de una buena queimada?

- La auténtica sólo lleva aguardiente y azúcar y una monda de limón o naranja. El café no le da ni sabor ni color.

- ¿Y del conjuro?

- A veces cuando lo hacen por televisión entonan lo de "con este fol levantarei as chamas" sin tener nada en las manos. No interpretan. En cambio yo si no lo tengo, improviso.

- ¿Cómo es su actuación?

- Me pongo un hábito negro, colgantes y un gorro de punta y sobre la mesa coloco una calavera, que me regaló en 1956 un amigo que estudiaba Medicina en Santiago, y un cuerno de cabra, ambos con velas encima. Primero cuento la historia de la queimada, "o mellor remedio para producir felicidade", las diferentes acepciones de la palabra "carallo" y varios chistes. Enciendo el aguardiente sobre una concha de vieira y después el del pote. A continuación echo el azúcar mientras remuevo la mezcla y pronuncio el conjuro. Cuando el color de la llama es medio azulado lo apago con un paño que tiene "un anxo de vento" dibujado.

- ¿Y dónde guarda todos los elementos de su escenografía?

- En un pequeño maletín con ruedas que siempre tengo preparado por si me llaman.

- ¿Tiene alguna exigencia para actuar?

- Una mesa y cualquier aguardiente, aunque el mejor es el de cosecha propia.

- ¿Cuál ha sido su mayor queimada?

- Una para seiscientas personas en Salvaterra y ahora proyecto otra para novecientas.

- ¿Ha actuado ante algún personaje popular?

- Fraga asistió a un par de ellas, pero mi queimada no le gusta porque él dice que hay que echarle vino y café.

- Conservará muchísimas anécdotas.

- En la Feria de Silleda no dejaban hacer fuego y tuve a mi lado a un guardia jurado con un extintor todo el tiempo. Hace poco me llamaron para actuar en una boda de homosexuales, pero tenía el día ocupado. Hubiese sido la primera queimada gay.

- ¿A cuántos idiomas ha sido traducido su conjuro?

- Yo lo leo siempre en gallego, pero está traducido al castellano, alemán, inglés, francés, vasco y leonés.

- ¿No está aburrido de hacer queimadas?

- ¡Qué va! Yo lo paso de maravilla. Es un relax. Veo que la gente disfruta y eso me encanta. Me gustaría que me recordasen como el autor del conjuro.

- ¿Algún sucesor?

- Mi nieto de siete años ya se sabe las primeras estrofas.