A pesar de que las denuncias por exceso de velocidad se incrementan cada año, la Policía Local solamente dispone de un radar. El concejal de Tráfico, Antonio Coello, asegura que aunque explotan al máximo ese dispositivo, "es insuficiente para una ciudad como Vigo", y anunció que a finales de este año se adquirirá otro y "se dará un salto cuantitativo y cualitativo en el control de la velocidad".

En el departamento de Tráfico están convencidos de que las continuas campañas para prevenir los accidentes, así como la presión policial contra las altas velocidades en la ciudad, "están surtiendo efecto y han valido para que la gente se conciencie no sólo del peligro que supone para el conductor, sino también para los viandantes", explica Coello.

La Policía Local sancionó en los seis primeros meses de este año a 7.824 conductores que excedían el límite de velocidad permitido. De ellos, un total de 4.987 denuncias se corresponden a vehículos que superaban en más de 30 kilómetros el máximo autorizado. La media de denuncias por mes se ha incrementado con respecto al año pasado: frente a las 692 tramitadas en 2004, en lo que va de año, la media asciende a 833.

Denuncias tramitadas

La lista de denuncias arroja velocidades extremas en zonas donde el límite de velocidad está situado en 50 kilómetros por hora. Uno de los mayores excesos registrados este año se produjo en la Gran Vía, donde una moto de gran cilindrada circulaba a 122 kilómetros por hora y cuyo propietario le había colocado una matrícula falsa. "Hay conductores que doblan la placa de matrícula para evitar que pueda ser grabada por la foto del radar", apunta Coello.

Las zonas más vigiladas son aquellas limitadas a 50 kilómetros por hora, un límite generalizado en todo el casco urbano. La carretera de la Universidad, Beiramar, Avenida de Europa, Avenida Castelao o Avenida de Madrid están consideradas como los puntos negros, las zonas donde se corre a mayor velocidad. Al igual que los viales próximos a las playas: "En la carretera de O Vao se sancionó este año a un vehículo que circulaba a 104 km/h cuando está limitada a 40", señala el concejal.

Coello aporta otro planteamiento que contribuirá, a su juicio, a reducir la excesiva velocidad: ampliando las aceras. "Así circularán más despacio y los ciudadanos ganarán en calidad de vida", argumenta. El edil mantiene que esa reducción de espacio no afectará a la fluidez del tráfico de vehículos.