La Xunta dará relojes para localizar a los mayores en zonas sin cobertura

El aparato puede detectar personas con un dron en un radio de 10 kilómetros: el máximo margen de error son dos campos de fútbol

La batería tiene una duración de dos años 

Un prototipo del reloj desarrollado por la Xunta.

Un prototipo del reloj desarrollado por la Xunta. / ITG

Miles de gallegos de edad avanzada podrán estar pulserados para evitar su propia desaparición. El proyecto, al que solo le falta la fase de implantación, es una realidad de la que podrán beneficiarse solicitantes de toda Galicia. Las desapariciones de mayores en la comunidad, casi siempre involuntarias, son un suceso recurrente. El pasado año hasta 50 personas con más de 65 años faltaron de su casa sin dar explicación, salieron a caminar o a hacer algún recado y no regresaron. Por suerte, la mayoría fueron localizados con vida, aunque desorientados o perdidos, pero hay siete personas a las que sus familiares nunca más volvieron a ver.

Cuando reciben un aviso, los servicios de emergencias de la comunidad despliegan rápidamente un dispositivo, coordinado por la Guardia Civil. Protección Civil colabora siempre y, por supuesto, no faltan las batidas vecinales. Además, la Axencia Galega de Emerxencia (Axega) cuenta con un desarrollado equipo de drones con cámaras que, con imagen y un dispositivo térmico, pueden localizar a personas.

Con todo, no siempre hay éxito: la visibilidad es mala en numerosas ocasiones y los desaparecidos pueden caer en zonas con vegetación y dar con ellos es como encontrar una aguja en un pajar.

Para disminuir e incluso llegar a una tasa cero, la Axega, en coordinación con la Agencia Galega de Innovación, tiene una respuesta. Se trata de un “reloj” que permite geolocalizar con drones a su portador en un radio de 10 kilómetros.

La batería de estos dispositivos dura dos años y son difíciles de extraer. Aún así, los familiares reciben una notificación si se lo quitan o si sus mayores se alejan del área que ellos mismos pueden marcar.

¿Para quién está pensado?

Aunque el prototipo está fabricado y anunciado, las consellerías de Sanidade, Política Social y Presidencia tienen pendiente reunirse para establecer cuántos ejemplares se fabricarán en una primera tirada. Para delimitar la población objetiva necesitarán la colaboración de los concellos, que les tendrán que indicar los mayores en riesgo por edad o trastornos degenerativos. Las familias también lo podrán solicitar: “Cualquier persona mayor puede ser susceptible de usarlo porque, por muy amueblada que tengas la cabeza, si te caes en un monte o en un arcén vas a encontrar dificultades para levantarte”, explica José Antonio Argibay, coordinador de apoyo logístico en Axega.

Es la primera vez que se incluye a toda la población como posible usuario de un aparato como este. En anteriores ocasiones, la Xunta repartió unos dispositivos similares en varios centros sociosanitarios de la comunidad.

Al igual que los nuevos, portaban GPS, pero en este caso la señal va a ir mucho más allá. Este proyecto pionero permitirá encontrar al desparecido allá donde esté si hay cobertura de teléfono móvil, pero el caso es que también sin ella, los drones podrán recibir igualmente una señal con la que localizarán el dispositivo en un radio de 10 kilómetros.

Y es que estos “relojes” no necesitan conexión. Funcionan como un barco que naufraga, emitiendo una señal satélite. “Con cobertura nos da un punto exacto, pero sin ella nos puede dar un área de, como mucho, dos campos de fútbol, acotando considerablemente la búsqueda”, explica Argibay.

Durante el proceso de localización, si el piloto se despista y no ve al desaparecido en la imagen, los drones –que están entrenados con Inteligencia Artificial– alertarían a los técnicos de la presencia de un cuerpo humano.

Las desapariciones activas en Galicia fueron de récord en 2023: sin rastro de 14 personas

En 2023, último año del que el Ministerio de Interior dispone de datos, desaparecieron en Galicia 717 personas. La mayoría acabaron siendo circunstanciales, falsas alarmas con rocambolescas explicaciones. Sin embargo, 14 de ellas continúan en activo y la mitad de estos ausentes tiene más de 65 años.

La cifra de personas que desaparecen en Galicia es variable. Si bien desde 2021 no se pasa de los 730 desparecidos anuales, en años como 2013 se llegaron a registran cien menos.

En la última década, la cifra máxima de ausencias fue de 951 en 2017, aunque las que quedaron en activo fueron ocho, casi la mitad que este último año. De hecho, la cifra de desapariciones activas nunca fue tan alta como en 2023.

Durante el último año, la mayoría de desapariciones en mayores de 65 años estuvieron protagonizadas por hombres y todas las que permanecen activas se corresponden con el sexo masculino. De 50, solo faltaron –temporalmente– 14 mujeres de sus casas.

A este tipo de ausencias que afectan a la población mayor se les llaman desapariciones involuntarias. Según indican desde Emergencias, es un tipo que presenta gran riesgo porque suelen estar protagonizadas por personas vulnerables, sobre todo mayores con trastornos neurodegenerativos. Además, en estas búsquedas, el clima y la orografía juegan papeles fundamentales pudiendo dificultar las tareas de búsqueda y rescate.

Otro tipo de desaparición son las voluntarias, que se caracterizan porque un adulto decide irse sin dar explicaciones. Siempre que no haya un delito mediante, son legales.

Algo más circunstanciales son las accidentales, recurrentes en excursionistas o turistas en la naturaleza.

Y por último, están las forzosas o inquietantes, que están ligadas a un posible crimen. La víctima desaparece en contra de su voluntad y posiblemente por autoría ajena. 

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