Galicia, a examen para saber si es una de las zonas del mundo con mayor longevidad

El experto Michel Poulain, cocreador de la lista de lugares con más potencial para albergar centenarios del mundo, ve muy probable que pueda convertirse en la sexta del listado

Los investigadores Ana María Canelada y Michel Poulain junto al gerontopsiquatra Jesús Fraiz. |   // J. PRIETO

Los investigadores Ana María Canelada y Michel Poulain junto al gerontopsiquatra Jesús Fraiz. | // J. PRIETO

Mateo G. Triñanes

El investigador y profesor emérito de la Universidad de Lovaina (Bélgica), Michel Poulain, una de las mayores eminencias mundiales en longevidad, ya está en Galicia –participó ayer en Santiago en la jornada de clausura del XXXIV Congreso Internacional de Geriatría y Gerontología–, para estudiar la posible inclusión de la comunidad o alguna área geográfica concreta de su territorio en la lista de las denominadas zonas azules de alta longevidad poblacional (blue zones, en inglés). En ese listado, del que Poulain fue cocreador, ya figuran Cerdeña (Italia), Okinawa (Japón), Nicoya (Costa Rica), Ikaria (Grecia) y la región de ultramar francesa de Martinica.

José María Faílde. |   // EP

José María Faílde. | // EP / Mateo G. Triñanes

La comunidad gallega es, junto a Asturias y a Castilla y León, una de las regiones españolas con una población más envejecida y ha registrado entre 2000 y 2022 un importante crecimiento en el número de centenarios presentes en la población. De hecho, atendiendo al indicador más accesible para medir la longevidad poblacional, es decir la concentración de personas de 100 o más años en un lugar o área concreta, comarcas gallegas como A Paradanta, Terra de Celanova o Terra de Caldelas cuentan con un índice de más de 350 centenarios por cada 100.000 habitantes. Es más del triple de la cantidad presente en Okinawa, la blue zone oficial con una mayor proporción de centenarios en su población –90 por cada 100.000–. Galicia en su conjunto, de hecho, se queda muy próxima a esa cifra con una tasa de 75 por cada 100.000, según los últimos datos publicados al cierre de 2022 por el Instituto Nacional de Estadística.

Sin embargo, este indicador, como explicó ayer Poulain, puede inducir a errores: “Puede ser que un territorio tenga una elevada proporción de centenarios simplemente porque las generaciones jóvenes se van a la ciudad, de modo que solo los viejos se quedan allí. Y cabe también otra posibilidad, como vi en el norte de Italia, que es que sea una zona a la que los jubilados acuden para retirarse”.

Existe la posibilidad de que las citadas comarcas, e incluso el conjunto de la comunidad, se encuentren en la primera de esas situaciones y será lo que Poulain trate de discernir ahora. Para ello espera contar con la ayuda de las administraciones –Xunta, diputaciones y concellos– ya que el primer paso del “método estricto de validación” que aplicará en Galicia para conocer si existe una blue zone es bucear en los registros civiles y padrones municipales para contabilizar el número de centenarios nacidos en un pueblo –no solo los que continúan con vida, sino también aquellos que perecieron superada la centena–, así como el número de recién nacidos en ese mismo lugar hace un siglo por año de nacimiento.

Gracias a esos datos, Poulain, que estará acompañado en esta tarea por la investigadora Ana María Canelada, podrá hallar el índice de longevidad extrema de ese territorio, es decir, la probabilidad de que un recién nacido llegue a cumplir los 100 años. “Este índice se halla dividiendo el número de centenarios por el total de nuevos nacimientos y es el único indicador con el que se pueden establecer comparaciones entre diferentes lugares”, explicó el investigador belga.

El último paso consiste en la agregación de aquellos concellos contiguos en los que este índice sea superior al que registra el conjunto de España y similar al cosechado en Okinawa, Cerdeña o Martinica. “De esta forma nos cercioramos de que el ambiente y el modo de vida es compartido y genera un elevado grado de longevidad poblacional y así vamos construyendo la blue zone”, señalaron Poulain y Canelada.

Esta agregación de territorios constituye un avance importante ya que según apuntaron los investigadores, lo que pasa en una única ciudad o en un área geográfica muy pequeña es insignificante, por lo que debe apreciarse un patrón determinante en un territorio con una mínima extensión.

“Para nosotros es muy importante contar con la colaboración de las administraciones y la población local, que estén contentos con nuestra visita y nos presten su colaboración. Las probabilidades de Galicia de convertirse en la sexta blue zone del mundo son muy buenas”, concluyó Poulain, que no descartó que alguna zona de Castilla y León o del norte de Portugal puedan acabar por pertenecer a la hipotética zona azul de longevidad gallega. “Son áreas muy similares, al final pertenecen todos a la misma montaña”, bromeó en referencia al Macizo Galaico.

Faílde alerta de la pérdida de hábitos beneficiosos para la salud

Los estudios del presidente de la Sociedade Galega de Xeriatría e Xerontoloxía, José María Faílde, fueron claves para que Michel Poulain diera el paso de estudiar sobre el terreno si la comunidad se puede convertir en la sexta blue zone certificada del mundo. En sus investigaciones, Faílde pudo observar cómo detrás del importante incremento de centenarios registrado en la comunidad desde el principio del siglo XXI en diferentes áreas geográficas había denominadores comunes con las zonas azules ya existentes: “Habían realizado una intensa actividad física a lo largo de su vida, que se prolongó durante el envejecimiento, por ejemplo en el cuidado de la huerta familiar. Sus niveles de estrés eran muy reducidos y contaban con un intenso apoyo familiar y comunitario, muy característico en las aldeas gallegas. Tenían un importante grado de espiritualidad. Y por último, consumían en gran medida alimentos que eran producidos de manera local”. ¿Es posible que esta tendencia de vidas cada vez más longevas se mantenga? En su intervención, Faílde alertó sobre el riesgo de que la tecnología y la globalización modifiquen unos hábitos que se han demostrado muy beneficiosos para la salud: “En los últimos tiempos estamos viendo muchos cambios en la dieta, mucha inactividad física y una pérdida de conexión social por las tecnologías”.