El envejecimiento y el abandono rural deja las huertas familiares en el dato más bajo en 12 años

Por primera vez desde 2011, la superficie dedicada a cultivos “de casa” se sitúa por debajo de las 22.000 hectáreas

Una mujer carga cultivos de su huerta en el concello ourensano de Boborás.

Una mujer carga cultivos de su huerta en el concello ourensano de Boborás. / Fernando Casanova

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

María, al borde de los 70, logró adquirir de nuevo la pequeña casa de fin de semana que había disfrutado con su marido y que renovó para poder disfrutarla con su familia. Pero los planes para plantar una pequeña huerta fueron abandonados porque no se sentía ya con fuerza para dedicarle esfuerzo y tiempo a la tierra, como sí hacía una de sus cuñadas en la finca adyacente. Otra de sus hermanas, Piedad, tomó hace poco la misma decisión, después de sufrir un ictus. El sacho quedó en el galpón.

El envejecimiento y el éxodo del rural de los últimos tiempos, salvo el repunte posterior a la pandemia de COVID-19, han ido menguando la superficie dedicada en Galicia a los huertos familiares, una despensa que siempre ha permitido ir capeando la crisis de precios en miles de casas. El año pasado, la comunidad alcanzó la menor superficie dedicada a estas pequeñas parcelas de autoconsumo en doce años, con 21.829 hectáreas, un dato que solo en 2011 había sido más bajo. Entonces, la cifra había sido de 20.755, según la Encuesta sobre superficies y cultivos elaborada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Últimos seis años

La evolución desde entonces refleja picos de sierra que se desploman desde el máximo de 2018, cuando se llegó a las 25.944 hectáreas. A partir de ese momento, el dato descendió, con mayor o menor intensidad, cada ejercicio: 22.810 en 2019, 22.730 en 2020, 22.461 en 2021, 22.442 en 2022 y las 21.829 del año pasado. De ellas, 16.007 corresponden a cultivos de secano, 5.795 a regadío y 27 a invernadero, de acuerdo con los datos ministeriales.

A pesar del descenso de las superficies de los huertos familiares, estos siguen evidenciando el paso del rural en Galicia, pues representan una quinta parte de las 108.502 hectáreas a nivel estatal, a pesar de que la comunidad cuenta tan solo con el 8% de población. Galicia perdió en 2023 un 2,7% de los terrenos dedicados a los autocultivos mientras que a nivel estatal el descenso fue de apenas del 0,4%.

El año pasado no solo este dato evidenció cómo se están aparcando las huertas familiares porque los mayores que pierden ya las fuerzas y las ganas de seguir plantando alimentos da casa carecen de relevo generacional. Además, los hogares que ahorran alimentos gracias esta despensa de la aldea se redujeron en 49.000 familias hasta situarse en 387.000 en 2022, según los últimos datos disponibles del Instituto Galego de Estadística, como publicó FARO en enero.

Ahorro de 62 euros al mes

El ahorro medio de estas familias alcanza los 62 euros mensuales, una ayuda en medio de la crisis inflacionista, pero casi 36.000 hogares superaban los 150 euros.

Además, existen grandes diferencias por provincias. El ahorro en Pontevedra, por ejemplo, era de 46 euros, tres más que en Ourense, mientras que en A Coruña alcanzaba los 71 y Ourense se situaba en el primer puesto con 86.

En cuanto al número de familias que logran ahorrar dinero gracias a los autocultivos, Pontevedra alcanza los 126.696 frente a los 141.634 de 2021; A Coruña pasó 164.091 a 136.369; Lugo, de 63.064 a 136.360; y Ourense, de 66.659 a 61.382. 

Suscríbete para seguir leyendo