Investigan la relación de la quema intencionada de más de mil cepas con la plaga de moscas en Tomiño

Una hipótesis es que la abrasión con herbicida sea una “venganza” al episodio de insectos

e. o./ M.F.

La Guardia Civil investiga entre las hipótesis de la reciente quema intencionada de dos parcelas de viñedos en la localidad de Tomiño una posible “venganza” a causa de los episodios masivos de moscas que vive el municipio, más concretamente en la parroquia Carregal. Precisamente, el pasado lunes, día 20 de mayo, una empresa situada en dicha parroquia vivió el primero de los hechos delictivos: sufrió la destrucción de unas 800 cepas recién plantadas.

La causa de esta destrucción fue el vertido supuestamente deliberado de “un herbicida altamente abrasivo” en los terrenos de la firma “Veigas do Miño S.L.” y cuyo importe se valora en unos 3.000 euros, según apuntan fuentes de la investigación.

Al día siguiente, hechos similares fueron registrados en una finca de dos hectáreas y de propiedad particular, en la que echaron un producto que, como en el caso anterior, quemó unas 300 cepas y causó daños también valorados en 3.000 euros. Entre las líneas de investigación que manejan las fuerzas de seguridad y según los atestados y testimonios recogidos, está que los hechos respondan a un posible acto intencionado por la plaga de moscas que registra Tomiño desde hace años.

No obstante, el informe encargado por el Concello a la Universidad de Vigo sobre las causas de este fenómeno, no apunta a un único origen, sino a múltiples factores y, entre ellos, la presencia de estiércol animal y agua.

La multiplicación de insectos no es nueva en este municipio de Tomiño, donde los vecinos llevan ya varios años aguantando auges puntuales –que se quedaron en episodios más aislados en núcleos de los concellos próximos de Salceda, Salvaterra de Miño u Oia–. Por eso, desde el concello recurrieron a la Universidade de Vigo para diagnosticar la situación y buscarle una solución.

El dictamen de los expertos, cuyos resultados se conocieron recientemente, refleja que, “probablemente”, las proliferaciones de mosca común “están asociadas en buena medida a los procesos de estercado de los campos con estiércol fresco o poco fermentado sin compostar, obtenido de las propias cuadras o de explotaciones ganaderas”. De ahí que insten a cumplir la normativa en granjas ganaderas y agrícolas y a “buenas prácticas” en la gestión del fertilizante de origen animal a los agricultores. En otro capítulo del informe, el Seprona también dejó constancia de un depósito de abono de origen vegetal, como algas tratadas.