La vuelta a las aulas de Marta Lois

La candidata de Sumar regresa a la docencia universitaria tras su experiencia en el Congreso y el fracaso en las gallegas del 18-F

La vuelta a las aulas de Marta Lois

Jesús Prieto

Mateo G. Triñanes

No es la primera vez y quién sabe si será la última. Marta Lois regresa una vez más a las aulas de la Facultade de Ciencias Políticas e Sociais de la Universidade de Santiago tras su aventura como diputada y portavoz de Sumar en las Cortes y el fallido intento de lograr representación para la formación en la Cámara autonómica con el fin último de desalojar al PP del Ejecutivo gallego.

Del mismo modo que tras su etapa en el Gobierno local que Martiño Noriega comandó en la capital gallega, Lois pudo entonar tras la Semana Santa –al igual que otrora hicieron Fray Luis de León y Miguel de Unamuno– el emblemático “como decíamos ayer...”. Y es que ciertamente, el periplo vital de esta politóloga viguesa, afincada en el compostelano barrio de Fontiñas, traza una línea discontinua que anuda su compromiso político y militante con su vocación docente.

Este diario visitó la pasada semana las instalaciones universitarias, para abordar con ella, justo después de una clase de Teoría Política, cómo ha vivido el regreso a las aulas y el futuro político de Sumar en Galicia tras el fiasco de febrero.

Lois asume su vuelta a la docencia con llaneza. “Los cargos electos o institucionales hemos de tener también una responsabilidad ética y saber que nuestra labor es siempre eventual. De modo que cuando te presentas a unas elecciones y los resultados no son los esperados, lo que toca es retomar de nuevo nuestros compromisos profesionales”, explica. Esta claridad en la asunción de responsabilidades tras una innegable derrota electoral considera la politóloga que “acerca a la clase política al conjunto de la sociedad”.

Reencuentro con antiguos alumnos

Lois se encontró en su retorno a la facultad con antiguos alumnos que han ido escalando cursos durante su ausencia y que, en privado, “alguna broma” le hicieron por los resultados. Sin embargo, el shock se produjo con los recién llegados a la universidad: “No sé si tiene algo que ver con la pandemia, pero sí que percibo, y es algo que hablamos entre los profesores, que los más jóvenes son diferentes. Es muy difícil que te den un feedback sobre las clases y muchas veces no sabes si están interesados en lo que les estás diciendo”.

Mirando hacia atrás, con la perspectiva que le dan las aulas y un previo (“y necesario”) tiempo de asueto, Lois deja entrever que con las circunstancias políticas actuales se encontró un tanto fuera de lugar en el papel de portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados. “El trabajo parlamentario es muy importante, pero estamos viviendo un proceso de degradación de la vida política en el que, cada vez más, priman las palabras gruesas. Se buscan las broncas y la confrontación gratuita en la búsqueda de lograr un buen corte para los medios. Finalmente, eso lo que genera es ruido y lleva a que la ciudadanía sienta desafección por lo que hacemos”, señala.

En su opinión, el debate parlamentario debe abandonar ese “paradigma del insulto”, que ejemplifica en el eslogan ayusista de “me gusta la fruta”. “La confrontación es lo que acaba siendo noticia y desvirtúa la calidad la calidad de las intervenciones así como el propio contenido de los debates”, asevera.

De Madrid volvió a Galicia con un billete únicamente de ida. Aquel refrán torero de puerta grande o enfermería se convirtió en su caso en un vicepresidencia o regreso a las aulas y el desenlace de esta historia es conocido. Según Lois existe “una multicausalidad de factores” que explican el mal resultado del pasado 18-F. La politóloga recalca que su fuerza política fue “decisiva”, también con los dos escaños cosechados en Galicia, en los comicios generales de junio para lograr la reedición de una coalición de gobierno progresista en el Estado. Sin embargo en las autonómicas pesaron la falta de estructura organizativa de la formación, el voto dual del electorado y el exponencial crecimiento del Bloque, embarcado en “un proceso de crecimiento muy amplio”.

Mientras, Sumar seguirá trabajando. El objetivo no es otro que “poner las luces largas”: emplearse a fondo en crecer a nivel orgánico con el objetivo de contar con una estructura en el territorio que permita a la formación cosechar representación en el Parlamento gallego dentro de cuatro años.