Galicia se prepara para las pruebas que servirán para “reorientar” la docencia

4º de Primaria y 2º de ESO estrenarán este curso las evaluaciones de diagnóstico, las “reválidas” sin efecto académico de la Lomloe

Evaluación
en Primaria
en 2018-19. 
 // Noe Parga

Evaluación en Primaria en 2018-19. // Noe Parga / C. Villar

Carmen Villar

Carmen Villar

El fantasma de las “reválidas” pasadas asomó su cabeza cuando a finales de 2013 se aprobaba la Lomce, también denominada “ley Wert” por el ministro que la promovió. Sobre la pretensión, recogida en la normativa, de que hubiera evaluaciones finales de las etapas de ESO y de Bachillerato, exámenes que dirimirían quién se titulaba y quién no, llovieron boicots desde tantos frentes que el propio Mariano Rajoy, siendo presidente del Gobierno, “suspendió” sus “efectos académicos” en 2016 emplazándose a un pacto de Estado por la Educación que nunca llegó. Esas “reválidas” nunca llegaron a celebrarse como tales, pero la misma ley recogía otras evaluaciones en Primaria y ESO que buscaban sobre todo evaluar el propio sistema educativo y ver cómo mejorarlo a partir de testar al alumnado, unos exámenes que también fueron contestados

Son las evaluaciones de diagnóstico y la Lomloe, como antes de la Lomce tampoco LOE, no las elude. De hecho, este curso, en el que la nueva normativa alcanza su plena implantación, tocará estrenarlas y hacerlo además después de un paréntesis de cuatro cursos en el que no se realizaron con la vieja ley debido a la irrupción de la pandemia en marzo de 2020 (solían celebrarse a final de curso, en mayo).

La Xunta se está preparando para aplicar la normativa estatal y por eso ha publicado el anteproyecto de la orden que las regulará, un documento en el que recoge el carácter censal de las pruebas, que deben realizar “todos los centros educativos de la comunidad” que impartan enseñanzas de 4º de Primaria y de 2º de ESO (con la Lomce realizaba estos test el alumnado de 3º de Primaria). Eso supone que estarán convocados al examen unos 47.000 alumnos.

Aunque la evaluación no tendrá efectos en el expediente académico de todos esos escolares, sí tendrá, en el fondo, consecuencias académicas. Porque se busca que sirva para “orientar”, pero también para “reorientar” prácticas docentes que no estén dando resultado. La Xunta explica además en el proyecto de orden que la información que se obtenga de las pruebas “será tenida en cuenta por los centros para elaborar propuestas de actuación que contribuyan a mejorar el nivel” alcanzado por su alumnado respecto a los objetivos de área y materia y para “adoptar medidas de mejora de la calidad y la equidad de la educación”.

¿Cómo se produce esa corrección cuando hay desvíos? Una manera son los contratos-programa. Por ejemplo, en el curso 2016-17 la Consellería de Educación sostenía que a raíz de las pruebas de 3º y de 6º de Primaria del curso previo, el departamento había firmado contratos-programa para desarrollar planes de mejora “directamente vinculados a los resultados obtenidos” que habían implicado la incorporación de 114 profesores de apoyo extra para otros tantos centros.

¿Qué se evalúa? El proyecto de orden alude a las competencias específicas recogidas en los objetivos de cada materia establecidos en los currículos. Lo que dice la Lomloe es que en esa evaluación de diagnóstico “se comprobará al menos el grado de dominio de la competencia en comunicación lingüística y de la competencia matemática”.

En su momento, en la Lomce, incluso ya aclarado que no tenían efectos académicos, este tipo de evaluaciones diagnósticas suscitaron rechazo entre sectores de padres, docentes y alumnos y durante varias convocatorias muchos estudiantes no acudieron al examen. Ya entonces la Xunta insistía en que la prueba era casi la misma que se realizaban en 4º de Primaria desde 2009, con la única diferencia de que con el nuevo modelo las familias recibían información individualizada sobre sus hijos, lo que no ocurría antes. Ese carácter se mantiene: la norma destaca que la evaluación de diagnóstico posee un carácter informativo, formativo y orientador para los centros, pero también para el profesorado, para el alumnado y para sus familias, y para el conjunto de la comunidad educativa.

Todavía pueden consultarse los resultados de aquellas mediciones al sistema. La más reciente a la que se puede acceder es la última que se realizó con arreglo a la LOE y que afectó precisamente, como va a ocurrir este curso, a los alumnos de 4º de Primaria y de 2º de Secundaria. Para los primeros, los resultados mostraban a la mayoría del alumnado (en torno a un 25-30 por ciento) en una posición intermedia de los niveles tanto en competencia lingüística como en matemática y una cifra ligeramente superior en lo relativo a interacción con el mundo físico. En la etapa de ESO menos alumnos llegaban a la marca alta y engordaban los intermedios.

Además de pasar revista a niños de 4º y de 2º, la Lomloe prevé otro tipo de evaluaciones, denominadas “evaluación general del sistema educativo”. Se establecen para 6.º curso de Educación Primaria y en 4.º curso de Educación Secundaria Obligatoria y tienen carácter muestral. Ni participan todos los niños ni se hacen todos los años. La primera edición de la evaluación de 6.º de Educación Primaria está prevista para 2024-25, indica el Ministerio de Educación.

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