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Las inventoras se suben al podio estatal: Galicia es tercera en patentes de mujeres

Integrantes del grupo EQ10: Jose Manuel Cruz, Xanel Vecino Bello, Ksenia Lvova, Andrea Mtez , Alejandro López, Ana Belén Moldes y Benita Pérez. | // FDV

Si alguien piensa en inventores leyendo estas letras, quizás el primero en venírsele a la cabeza sea el célebre Johannes Gutenberg, que pasó a la historia por ingeniar la imprenta o a Graham Bell, por el teléfono. Pero si mientras lee, acaricia una taza de café, pregúntese si sabe quién inventó el filtro para la cafetera. Fue una mujer, Melitta Bentz, quien en 1908 logró una patente por su innovadora idea para colar los posos de esta popular infusión.

Y, para los que estén rodeados de platos, ¿de quién creen que fue la idea del lavavajillas? Josephine Cochrane, otra mujer inventora, creó el primer friegaplatos automático comercial en 1886, utilizando su profundo conocimiento de los sistemas hidráulicos. Y, si se en este momento se está ajustando las gafas para ver de cerca esta noticia, sepa que otra mujer las inventó en 1973: la alemana Marga Faulstich obtuvo alrededor de 40 patentes por su trabajo en tres centenares de anteojos y ópticas. La lista de destacadas mujeres innovadoras es larga. Pero están más cerca de lo que creemos.

Un nuevo estudio publicado este mes por la Oficina Europea de Patentes (OPE) revela que el 13,2 % de los inventores en Europa son mujeres, pero España se sitúa entre los primeros estados miembros en orden de importancia de sus inventoras. El estudio, el primero de este tipo publicado por la EPO, se basa en el porcentaje de mujeres inventoras nombradas en todas las solicitudes de patentes a la EPO desde 1978 hasta 2019.

Y, dentro del Estado, Galicia se sitúa de tercera, a la cabeza en patentes registradas por mujeres (24,5%) solo después de Baleares y de Madrid y Aragón, que resultan empatadas con datos de la última década.

Por regiones, Illes Balears con 29,8% de mujeres inventoras es la comunidad española más destacada y además sitúa en el podio de las regiones europeas con mayores porcentajes femeninos, ocupando el tercer puesto. En segundo lugar en España se sitúan a la par la Comunidad de Madrid y Aragón, con un 24,7% de mujeres inventoras, seguidas de cerca por Galicia (24,5%) y Andalucía (23,9%). Las regiones españolas con menores porcentajes son La Rioja (14,4%) y Canarias (16,3%).

La actividad en Universidades gallegas, centros e instituciones de investigación pública como el CSIC y hospitales aparecen referenciadas en los informes. Pero también sorprende este dato: En el ranking de Estados miembros de la OPE (período 2010-19) Letonia (30%), Portugal (27 %), Croacia (26 %), España (23%) y Lituania (21%) tienen la mayor proporción de mujeres inventores, mientras que Alemania y Luxemburgo (10%), Liechtenstein (9,6%) y Austria (8%) tienen los más bajos.

El informe también destaca que las solicitudes de patentes de universidades y organizaciones públicas de investigación tienen una proporción significativamente mayor de mujeres inventoras (19,4 % en 2010-19) que de empresas privadas (10%). Además, el informe revela que es más probable encontrar mujeres en equipos de inventores que entre inventores individuales, pero tienden a ocupar puestos menos importantes en esos equipos que los hombres.

El presidente de la OPE, Antonio Campinos trató de explicar los resultados del informe “que arroja nueva luz sobre la contribución de las mujeres a la innovación tecnológica y las lagunas que deben colmarse para aprovechar todo el potencial de las inventoras en Europa”. Así, indicó, “si bien se han logrado algunos avances en las últimas décadas, es necesario hacer más para impulsar la inclusión en el campo de las patentes”.

“Patentamos un ‘carbón activo’ obtenido de residuos agroindustriales”


La coordinadora del grupo de investigación EQ10 de Ingeniería Química de la UVigo, Ana Belén Moldes, junto con el profesor José Manuel Cruz, lideran dos líneas de investigación que ya han dado frutos (también) en forma de patentes y cuyo fuerte es la valorización de residuos. Una de ellas, liderada por Ana Belén Moldes, utilizó residuos agroindustriales para conseguir bioasorbentes para el tratamiento de aguas. Tratados luego biotecnológicamente, consiguieron una especie de “carbón activo”. Este ingenio que logró una patente fue llevado a la práctica a través del proyecto “Interconecta” y una empresa de biocompostaje de Valladolid. “Se materializó la licencia y se hizo real a través del piloto”, expresa. 

La otra línea de investigación del grupo aborda la producción de compuestos bioactivos, también a partir de residuos agroindustriales, para emplear en la industria farmacéutica, bioquímica, cosmética o incluso para la limpieza de superficies. Con este procedimiento que “potencia la economía circular” , ya han logrado otras cuatro patentes. Consiguieron convertir los residuos y subproductos del procesado del maíz en productos de interés para la industria cosmética, tras dirigir dos tesis doctorales. Han obtenido detergentes naturales –biosurfactantes– que podrían sustituir a los que se utilizan con estas aplicaciones y que también forman parte de los limpiadores comunes. “Los cosméticos añaden surfactantes en sus formulaciones por sus propiedades para humedecer la piel, formar espuma o eliminar la suciedad, entre otras. La mayoría de ellos son sintéticos y, por tanto, escasamente biocompatibles y sostenibles”, explica Ana Belén Moldes. Sin embargo, el obtenido por el grupo de investigación EQ10 del lavado de maíz y durante un proceso bastante sencillo destaca por su carácter multifuncional”.. Es más ecológico y también sería apto como protector solar. “Hicimos pruebas de validación e incluso pruebas con empresas”, avanza Moldes. Este trabajo ya ha dado lugar a más de 15 artículos en revistas internacionales. Una de ellas ha sido licenciada por una empresa italiana para usos de limpieza y otra está intentando patentarse para EEUU y China. 

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