El Congreso avaló ayer prorrogar durante 2023 la suspensión de las reglas fiscales por la crisis energética y de precios desencadenada por la invasión rusa de Ucrania, por lo que será el cuarto año consecutivo en el que las administraciones no estarán sujetas a objetivos de déficit, deuda y gasto. La suspensión de las reglas fiscales supone que no existen objetivos de estabilidad y que estos son sustituidos por tasas de referencia de déficit, con la previsión de que el déficit conjunto de las administraciones públicas se situé en 2023 en el 3,9% del PIB, frente al 5% de 2022.

Desagregada por subsectores, las comunidades autónomas contarán con un mayor margen de gasto respecto al contemplado en el Programa de Estabilidad de abril, pasando del 0,1% a una tasa de referencia del 0,3%, dos décimas que serán asumidas por la Administración central. Para las entidades locales esta tasa será un superávit del 0,1% del PIB.