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Yolanda Díaz aviva su proyecto político y reclama un “contrato social con el rural”

La ministra de Trabajo lleva Sumar a la Serra do Courel, primera parada fuera de Madrid de su campaña para constituir una plataforma electoral para las generales de 2024

Yolanda Díaz presenta su partido "Sumar" en O Courel. CARLOS CASTRO

Hace diez años, Yolanda Díaz coprotagonizó junto a Xosé Manuel Beiras un acuerdo inédito hasta entonces entre Izquierda Unida y el nacionalismo que había abandonado el BNG para formar AGE, el germen de Podemos, las mareas y toda la nueva política rupturista a la izquierda del PSOE. Ahora, la actual vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo se enfrenta al reto de refundar un espacio político que ha ido perdiendo fuelle en los últimos años. Ayer, presentó su proyecto, llamado Sumar, en la Serra do Courel de Lugo, donde propuso un “contrato social con el rural” para cerrar la brecha en servicios con el entorno urbano y combatir la despoblación.

La cita fue la primera salida de Sumar de Madrid tras la jornada inaugural en julio de lo que Díaz cataloga como “actos de escucha”, una nueva versión de la filosofía con que nació todo este espacio político: “seguir sumando desde abajo, no desde arriba”.

El debate resucita los problemas internos vividos por este espacio político, castigado por persecuciones policiales que se han demostrado sin fundamento, pero también lastrado por sus guerras internas precisamente por el control de su rumbo. Ahora, Díaz quiere poner en marcha una plataforma que ella liderará, como estableció Pablo Iglesias cuando abandonó Podemos. Este partido, sin embargo, recela de perder no solo capacidad de decisión, sino sitio en las listas, lo que ha provocado roces, por ejemplo, a la hora de criticar o apoyar medidas del Gobierno impulsadas por el PSOE, con el que Unidas Podemos comparte Consejo de Ministros.

Díaz eligió para esta primera parada del nuevo curso político una de las zonas más castigadas por los incendios este verano, durante el que ardieron alrededor de 13.600 hectáreas en una sierra de gran biodiversidad y valor natural.

Arropada por un gran equipo que grabó cada uno de sus movimientos, la ministra de Trabajo escuchó en turnos de dos minutos las aportaciones de agricultores, expertos en materia forestal o vecinos. Las políticas del rural “no se pueden diseñar desde la capital, sino desde aquí, con las gentes que lo hacen posible”, expuso en Folgoso do Courel, según informa la agencia Efe.

Su desembarco en Galicia evidenció el momento que vive su espacio político, pues los otrora grandes referentes del rupturismo están fuera de la política o mantienen algunas heridas con Díaz, como Xosé Manuel Beiras, en este último caso, o los exalcaldes Martiño Noriega y Xulio Ferreiro, en el primero.

Sí acompañaron a la ministra el líder de Podemos Galicia, el diputado Antón Gómez-Reino, y las ediles de Compostela Aberta en Santiago Marta Lois y Branca Novoneyra. Esta última es hija del poeta Uxío Novoneyra, cuya casa museo visitó el grupo antes de plantear el debate sobre el abandono del rural. A la cita acudió también el cineasta Oliver Laxe, director de O que arde, un relato sobre el rural premiado en Cannes.

“La ciudadanía abandona el rural fundamentalmente porque las administraciones lo abandonan. Sólo actúan en la extinción de incendios y hacer esto como política pública es actuar cuando el daño ya está hecho”, protestó Díaz, que recuperó una crítica a la Xunta durante sus años como diputada en el Parlamento gallego, puesto que dejó antes de cumplir su mandato para concurrir en las listas al Congreso de los Diputados en el año 2015.

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