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Galicia pierde un 13% de sus huertos familiares en cuatro años por el envejecimiento del rural

El abandono de estas tierras deja desprotegidas a las aldeas frente a los incendios

Una mujer trabaja en su huerta en A Estrada . | // BERNABÉ/ANA AGRA

Los huertos familiares han sido tradicionalmente la despensa del rural gallego. La agricultura de autoconsumo es una práctica extendida en el campo, que permite no solo ahorrar dinero en el supermercado sino garantizarse una alimentación más saludable. Sin embargo, la despoblación del rural está mermando estos huertos. Las leiras donde los gallegos se abastecían de casi todo están disminuyendo. En cuatro años la superficie ocupada por estos terrenos dedicados al autoconsumo se redujo en Galicia un 13 por ciento. Son 3.444 hectáreas menos de huertos desde 2018, es decir, el equivalente al concello de Baiona o al de Moaña.

Según los datos del Ministerio de Agricultura, en 2021 Galicia disponía de 22.500 hectáreas de huertos familiares. Son el 6,3 por ciento de todas las tierras de cultivo de la comunidad. No solo cumplen una labor fundamental como sistema de abastecimiento para las familias que viven en el campo sino que estos terrenos cultivados, en el entorno de las casas y los núcleos habitados, constituyen una malla de protección frente a los incendios forestales.

La recesión económica de 2009 provocó un incremento de los huertos familiares. La maltrecha economía de muchos hogares les obligó a buscar fórmulas para ahorrar como cultivar sus propias hortalizas. Sin embargo, los flujos de población hacia las ciudades y el progresivo envejecimiento de la población del rural terminaron por pesar más que las ganas de recortar gastos con plantaciones para autoconsumo. A partir de 2018 empezó el declive de estas leiras. De 25.944 hectáreas de huertos que había hace cuatro años se ha pasado a solo 22.500.

Son varios los factores que influyen en esta progresiva reducción. El secretario de Desenvolvemento Rural de Unións Agrarias, Jacobo Feijóo, apunta por un lado, a la despoblación del rural, pero también al cambio de hábitos. “Hay un envejecimiento de la población y también falta cultura de cultivo y de autoconsumo”, explica.

“Hay un envejecimiento de la población y también falta cultura de cultivo y de autoconsumo.

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Así, por un lado, la población del campo cada vez es más mayor. “Solo hay que ver los accidentes de tractor: se producen casi todos en personas de 70 a 80 años”, ilustra para ejemplificar cómo cada vez más los habitantes del rural peinan canas. A esto hay que sumar que falta relevo generacional. Las nuevas generaciones se marchan del pueblo para vivir en las urbes.

Por otra parte, se pierden las tradiciones. “Hay una pérdida de conocimientos de la agricultura tradicional, de las variedades autóctonas que existen, de la semillas...”, explica Jacobo Feijóo.

Trabas

Pero a esto hay que añadir además, a su juicio, las “trabas burocráticas”, sobre todo, para quienes quieren tener animales. Según explica, en muchos casos tener huerta está vinculado a que se tienen unas gallinas, un cerdo o una vaca. Se cultivan terrenos, no solo para el autoabastecimiento familiar, sino para dar de comer al ganado. Y ahí es cuando el papeleo hace desistir a muchos. “Te exigen una documentación, tener dado de alta a los animales, llevarlos a los mataderos porque restringen el sacrifico en casas...”, explica el secretario de Desenvolvemento Rural de UUAA.

El resultado del progresivo abandono de estos huertos familiares es que los núcleos rurales se vuelven más “vulnerables” a los incendios. Tener esas tierras cultivadas alrededor de las casas los protegía de los fuegos forestales. Ahora alrededor de las casas hay maleza.

En todo caso, al igual que ocurrió durante la recesión de 2009, la actual crisis de precios, influida por la guerra de Ucrania, puede favorecer un retorno al rural. Jacobo Feijóo no descarta que estos huertos se recuperen a partir de ahora como vía para abaratar la cesta de la compra en un momento en el que la inflación se ha disparado. “Además cada vez se valora más comer sano. Esto puede jugar a favor de una vuelta al huerto familiar”, explica Jacobo Feijóo.

A pesar de la reducción de tierras dedicadas al autoconsumo, Galicia es la comunidad con más huertos familiares. Acapara el 21 por ciento de todos los que hay en España.

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