El Defensor del Pueblo ha dado un tirón de orejas a Gobierno, ayuntamientos y Xunta por abusar del uso de herbicidas con glifosatos para el mantenimiento de las carreteras en Galicia. Este producto químico está permitido pero la normativa vigente insta a adoptar medidas para reducir su uso con el objetivo de minimizar su impacto en la salud humana y el medio ambiente. Sin embargo, el comisionado alerta que, tras una investigación sobre la utilización de este herbicida en los márgenes de las carreteras estatales, constató que su presencia “no es residual” ni “se ajusta de manera estricta a los requisitos establecidos en la normativa”.
En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasificó el glifosato como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”. La UE decidió prorrogar su autorización hasta 2022, pero existen restricciones a su uso. Se debe limitar su utilización y buscar planteamientos o técnicas alternativas. a los métodos químicos. Además, según el Real Decreto 1311/2012 del 14 de septiembre, hay que avisar a los ciudadanos de la aplicación de estos herbicidas con antelación para que dispongan de tiempo suficiente para adoptar precauciones.
Sin embargo, en su último informe el Defensor del Pueblo advierte que en Galicia se han detectado “insuficiencias en la justificación de la necesidad de emplear fitosanitarios con glifosato, en la aplicación de avisos a la población y en el seguimiento y control de su uso”.
“Estos productos solo deben aplicarse cuando no sea viable el empleo de medios mecánicos y tampoco el uso de otros medios alternativos”, advierte el comisionado. El Defensor, sin embargo, además de constatar su utilización habitual en las cunetas de carreteras estatales, advierte que los ayuntamientos, cuando son informados por la Administración del Estado, no cumplen con su labor de avisar a los vecinos.
“El Defensor del Pueblo no aprecia que el uso de herbicidas con glifosato tenga ese carácter residual que afirman las administraciones”
La situación es especialmente grave en Galicia dado que por su configuración urbanística, con núcleos dispersos y edificaciones aisladas, es frecuente y habitual el tránsito de viandantes y animales domésticos por carreteras y caminos. Además el pastoreo del ganado de explotaciones ganaderas extensivas llega hasta las carreteras, dada la proximidad de los pastos al perímetro de las redes viarias. Por esta razón, el Defensor del Pueblo considera que la falta de avisos a la población es “especialmente reprochable”.
El comisionado se muestra también duro con la Xunta, a la que critica la falta de control sobre el uso de estos herbicidas con glifosato. “La Consellería de Medio Ambiente no ha aportado datos de seguimiento de posibles daños por el uso de estos productos fitosanitarios”, recrimina el Defensor.
Según explica, tras preguntar a la Xunta por las actuaciones de seguimiento para detectar posibles efectos negativos de la aplicación de estos herbicidas en los márgenes de las carreteras, no obtuvieron respuesta.
Sin embargo, el comisionado asegura que el servicio de Sanidad y Producción Vegetal recibe denuncias “habitualmente” de ganaderos por intoxicaciones en el ganado o de viandantes por animales de compañía que ingieren o entran en contacto con vegetación tratada con este tipo de herbicida.
“Se han detectado insuficiencias en la justificación de la necesidad de emplear fitosanitarios con glifosato”
Pero no se hace seguimiento de estas denuncias, según las quejas del Defensor. “Alegan la dificultad de realizar la investigación y de valorar los efectos, al no existir en el momento del tratamiento químico algún inspector o agente de la autoridad que pueda constatar hechos probados que sirvan al menos para investigar las supuestas irregularidades en los tratamientos químicos efectuados”, recoge el informe del comisionado.
De esta respuesta el Defensor del Pueblo deduce, por tanto, que la Consellería de Medio Rural tampoco ha formalizado ninguna denuncia. “El sistema de seguimiento previsto en las normas no ha funcionado”, lamenta.
Ante la “falta de medios para inspeccionar y sancionar”, el Defensor reclama que, mientras no se prohiba el uso de glifosatos, las administraciones trabajen en un programa que tienda a su progresiva sustitución. “Se deben establecer los supuestos de aplicación y establecer criterios más homogéneos para llegar a esa decisión, así como garantizar un sistema de avisos a la ciudadanía y mejorar el funcionamiento del sistema de detección y notificación de efectos adversos que pudieran derivarse del empleo de dichos productos”, reclama.
De hecho, mientras las administraciones siguen usando el glifosato para eliminar la maleza de las cunetas, los particulares tienen limitado su uso. Desde 2016 solo pueden comprarse productos fitosanitarios si se dispone de un carné oficial que se obtiene tras realizar un cursillo. Sin este permiso especial solo se podrán comprar herbicidas si el recipiente es de menos de un litro.
