Galicia impulsa la rehabilitación del parque residencial de la comunidad, al abrigo de la mayor partida de la historia habilitada por Europa para este fin y bajo la filosofía de la eficiencia energética. Una inyección de hasta 67 millones de euros asignados de los fondos Next Generation, que Galicia deberá distribuir en dos años y repartir en forma de subvenciones para la rehabilitación de viviendas, edificios e incluso barrios enteros.

Con las certificaciones energéticas de las viviendas gallegas sobre la mesa queda claro, además, la necesidad de las reformas: el 77% de las viviendas con certificado energético en la comunidad a mediados de 2021 se situaban en niveles E, F o G de acreditación (considerándose desde el E por debajo del aprobado). En total, las casas de deficiente consumo energético analizadas suman 154.682 inmuebles.

De las viviendas que suspenden en eficiencia energética en Galicia, casi 98.000 tienen una etiqueta E (49% del total en Galicia), cerca de 27.000 están en el nivel F (13,4%) y un total de 29.682 (casi el 15% del conjunto autonómico) se quedan con una etiqueta G, la de mayor despilfarro energético. En el lado positivo, entre los más de 200.700 certificados emitidos hasta mediados del año pasado, hasta 36.247 obtuvieron un aprobado, es decir cuentan con una etiqueta A, B, C o D. O lo que es lo mismo, solo aprobaban el 23%.

Así, el gallego, es uno de los parques inmobiliarios más envejecidos de España –más de 340.000 superan los cuarenta años y de ellos más de 76.000 superan las siete décadas–, lo que pone de manifiesto la escasa eficiencia energética de los hogares.

La Xunta anunció que destinará 157 millones en 2022 a ayudas y actuaciones directas para la rehabilitación de viviendas para reforzar la apuesta por la recuperación. “Estamos en un momento histórico para rehabilitar una vivienda en Galicia”, llegó a asegurar el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. El IGVS estimó en unas 10.000 las viviendas a rehabilitar este año.

Entre los objetivos, reducir los elevados porcentajes de gasto energético y los gases de efecto invernadero que generan los hogares por el solo hecho, por ejemplo, de encender la calefacción. Ventanas, fachadas, cubiertas o calefacción. El aislamiento y el sistema utilizado para calentar el hogar son elementos clave que marcan ese nivel de eficiencia energética de una vivienda y, en consecuencia, repercuten en el importe de las facturas. Pero también constituyen los pilares de los elementos que se subvencionarán con cargo a estos fondos.

Las líneas europeas suman un importe de más de 117 millones de euros a repartir en varios programas como el Programa de ayuda a la rehabilitación a nivel de barrio (22,9 millones). En este caso se financiará la rehabilitación siempre que se consiga un ahorro energético de, por lo menos, del 30% y se podrá llegar a los 21.400 euros de ayuda si el ahorro llega al 60%. A mayores, el Gobierno gallego incidió en que el Programa de ayudas a las actuaciones a nivel de edificio destinará cerca de 23 millones para financiar apoyos de hasta 18.800 euros por vivienda para mejorar principalmente fachadas y cubiertas, y el Programa de ayudas a las actuaciones de mejora de eficiencia energética aportará 13,5 millones para cambio de ventanas con subvenciones de hasta 3.000 euros. El programa de construcción de viviendas de alquiler social en edificios energéticamente eficientes tendrá 29 millones de euros. Y hasta 16 millones se destinarán a convocar ayudas para promotores públicos y privados y 13 millones para ejecución directa por parte del IGVS.

Libro del edificio y certificado energético, entre las exigencias

Disponer de un proyecto de ejecución, del libro del edificio que determina las condiciones en las que se encuentra el inmueble antes de las obras y tres niveles de actuaciones: vivienda particular, edificio y barrio. Son parte de la documentación necesaria para solicitar una ayuda a la rehabilitación.

“Creemos que va a haber margen temporal para hacer las obras”, explica la decana del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia, Elena Ampudia, que destaca que alguna de las actuaciones se hará por comunicación previa, lo que agiliza plazos de licencias municipales. También sostiene que habrá “suficientes estudios de arquitectura, que serán capaces de asumir esos trabajos”.

La Xunta convocará también una orden de ayudas para la elaboración del libro del edificio –que recoge desde los planos a toda la información– para la rehabilitación. Es una documentación obligatoria para nuevos inmuebles y tendrá una financiación de 3,4 millones de euros de la Xunta, que también incluye incentivos para la redacción de proyectos de rehabilitación.

Lo mismo ocurre con el certificado energético, documento obligatorio desde el año 2013 para los inmuebles de nueva construcción y para los de segunda mano que se quieran vender o alquilar. Desde que es obligatorio, se certificaron 5.007, según datos de la Consellería de Economía, de los que siete de cada diez cuentan con cualificación A o B, los niveles más altos. En concreto, el 51% (2.555) tienen la acreditación del máximo ahorro energético (A) y casi un 29% (1.093), etiqueta B.