El sector lácteo es de los más rentables y competitivos de la economía agraria gallega. Es además extraordinariamente eficiente, incluso a nivel europeo. La comunidad produce el 40% de la leche de España y con más de 1.000 millones de euros de facturación al año representa el 1,5% del PIB de Galicia. Pero ahora mismo el sector camina sobre el filo de la navaja, vendiendo leche por debajo del coste de producción debido a la subida incesante de la factura energética que además es muy probable que tenga vocación de permanencia y ponga, todavía más, contra las cuerdas a los productores si no consiguen que la industria pague un precio justo por la leche.

José Manuel Andrade, gerente de la fundación Juana de Vega, le pone cifras. Los precios de la leche subieron un 2% en los primeros nueve meses del año, pero por problemas en las cadenas logísticas mundiales, la cebada se incrementó en un 22%, los piensos en un 11% y los combustibles y la energía en un 30%. “Este año, para mí, siendo peor que el del pasado año, no es muy preocupante, lo preocupante va a ser el año que viene si se mantienen estos costes o se siguen incrementando y esto no se traslada al precio que reciben los ganaderos”, advierte.

El ingeniero agrónomo Francisco Ónega es un poco más pesimista y sostiene que no es un problema coyuntural. “La subida de la energía y de los elementos que dependen de la energía para su elaboración, como fertilizantes, piensos y otros insumos, es algo a lo que nos veremos abocados de forma permanente”, sostiene. El gas natural es básico para elaboración de fertilizantes y ya hay fábricas cerradas por su precio, lo que lleva a encarecer el abono e incluso a dudar de su disponibilidad para la próxima primavera.

¿Qué soluciones se aportan desde Galicia para capear la crisis del sector lácteo? El conselleiro de Medio Rural, José González, reclama al Gobierno más valentía a la hora de controlar la venta a pérdidas, práctica que está prohibida. “Tienen que ser más activo y proteger el eslabón más débil de la cadena alimentaria, que es el ganadero”, demanda.

Andrade aboga, por supuesto, por impedir la venta a pérdidas, pero también por contratos más flexibles entre la industria y los productores, de forma que el precio acordado no sea fijo para todo el año, sino que esté referenciado a la evolución de los costes de producción.

Francisco Ónega explora otra vía y apuesta por volver a la ganadería extensiva y frenar la “intensificación” de los últimos años, cuando las explotaciones aumentaron su producción a costa de incrementar el número de vacas y también los insumos, comprando en el exterior, por ejemplo, piensos y fertilizantes, sobre lo que no se tiene control alguno en los precios.

“Tenemos que repensar mucho el modelo de producción de leche que interesa a Galicia. Necesitamos ir a modelos extensivos, o por lo menos no avanzar por la línea de la intensidad, porque eso ya lo hacen otras regiones que no tienen capacidad forrajera”, avisa.

“No puede ser que el precio de la carne sea el de hace quince años”

En el sector cárnico, la situación no es mejor que en el lácteo. También algunas explotaciones están vendiendo a pérdidas, como advirtió el conselleiro de Medio Rural, y con unos precios que están al mismo nivel que hace quince años. Algo que no se puede permitir para la supervivencia de los ganaderos y porque, además, el pastoreo contribuye a gestionar el territorio y a mantener los montes despejados y servir como elemento de prevención ante los incendios. “La carne producida en Galicia es extensiva, de una calidad extraordinaria, no de cebo como hacen en otras partes, con Indicación Geográfica Protegida y no puede ser que los precios de la carne estén en el mismo lugar que hace quince años”, lamentó José González. “Es un problema muy acusado”, añadió, tras lo que anunció un próximo plan estratégico para el sector. El conselleiro también avanzó que los días 16, 17 y 18 de diciembre se celebrará la primera feria de Galicia de calidad alimentaria dedicada al sector primario.