Casi 500 menores evitaron en cuatro años ir a juicio tras pedir perdón y resarcir a la víctima

En 2020 cayó el número de casos hasta la cifra más baja desde 2008 | Fiscalía propone duplicar la justicia restaurativa con “más medios para los equipos técnicos”

Casi 500 menores evitaron en cuatro años ir a juicio tras pedir perdón y resarcir a la víctima

Casi 500 menores evitaron en cuatro años ir a juicio tras pedir perdón y resarcir a la víctima

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Medio millar de menores gallegos evitaron un juicio tras reconocer su error y resarcir a la víctima en los últimos cuatro años. Aún así, la cifra del último año: 99 menores gallegos que se beneficiaron de procedimientos extrajudiciales, cae en picado. En 2008 eran 292 las soluciones anuales de este tipo. Y la Fiscalía Superior de Galicia advierte en su memoria de 2020 de que se deberían de alcanzar el doble de soluciones de este tipo. De hecho, propone potenciar mejoras de los equipos técnicos. “Conviene insistir en los efectos beneficiosos de estas vías alternativas de resolución de conflicto”, asegura la memoria, en la que se promueve la mediación para el logro de acuerdos entre la víctima y el inculpado. El porcentaje con respecto a los expedientes de reforma tramitados está ahora en el 13,7% y el objetivo marcado por la Fiscalía se sitúa entre el 20 y el 25%.

Sin embargo, Pontevedra lidera el número de soluciones extraprocesales entre menores –con 36 el último año y un incremento interanual del 24%– y tiene ya un largo recorrido en la Fiscalía y el juzgado de Menores de Pontevedra. Ahora que tanto se habla de justicia restaurativa en condenas por terrorismo, hace tiempo que el modelo se usa en todo tipo de delitos.

¿En qué consisten exactamente estos acuerdos con menores? Jóvenes que no han cumplido la mayoría de edad y que son sorprendidos por primera vez, por ejemplo, por conducir sin licencia un ciclomotor u otro vehículo, pueden zanjar su deuda con la Justicia sin necesidad de llegar a juicio, asumiendo un curso de educación vial con las policías locales –en Vigo o Pontevedra– en la que comprueban, por ejemplo, las dramáticas consecuencias que pueden tener los accidentes de tráfico.

Evolución en Galicia de las soluciones extrajudiciales con menores

Evolución en Galicia de las soluciones extrajudiciales con menores / Simón Espinosa

En otros casos diferentes a la seguridad vial, como son pequeños hurtos cometidos por primera vez, los jóvenes infractoras pueden llegar a acuerdos si no tienen antecedentes es su historial y se enfrentan a su primer expediente de reforma. El perdón es el paso fundamental para acceder a este camino restaurativo, junto con la reparación del daño. También, asumir el abono de las responsabilidades civiles derivadas de su acción. Fuentes de un centro de menores de Vigo explican que Fiscalía tiene que parecer que no existe riesgo de reincidir y el afectado, reconocer su delito (o infracción) y reparar los daños, ya sea de forma simbólica o material.

Simplificando, el primer paso, y fundamental es la petición de disculpas a la víctima. Así que este sistema es realmente satisfactorio para zanjar sin llegar a juicio pequeños hurtos que se cometen por primera vez o delitos de daños de carácter leve.

“Conviene insistir en los efectos beneficiosos de estas vías alternativas de resolución de conflicto, empíricamente constatados en la práctica observada en las fiscalías de menores, aunque el porcentaje de su aplicación aún no ha alcanzado las cifras de otros países de nuestro entorno jurídico cultural”, enfatiza la Fiscalía. “Son indudables las ventajas de la mediación en el ámbito de la justicia juvenil, como medio para medio de conciliación o reparación, puestas de manifiesto por los fiscales de menores de nuestra comunidad autónoma”, señalan.

Y entre ellas, citan la aceleración de la resolución de los procedimientos, con el consiguiente beneficio tanto para las víctimas –que ven resarcidos rápidamente los daños causados– como para los propios menores, que obtienen la ventaja de la inmediatez de la respuesta penal. Y también, en la conocida como ‘economía procesal’ (ahorro de tiempo, trabajo y costes). De no haber solución desjudicializadora, el tiempo invertido desde la inicialización hasta la finalización del expediente podría ser superior a dos años.

Asimismo, señalan que pocos menores vuelven a reincidir en la infracción. El “cara a cara” con la víctima produce frecuentemente el efecto disuasorio en el comportamiento del menor infractor. De forma similar, la realización de una actividad educativa o reparadora por el menor, en beneficio de la víctima o de la sociedad, produce el efecto de interiorizar valores cívicos.

“Podrían llevarse a cabo muchas mediaciones con menores si hubiese un equipo dedicado a su realización con carácter preferente o exclusivo”, matiza Fiscalía.

Suscríbete para seguir leyendo