Este año superaron la parte obligatoria de selectividad en la primera convocatoria más de 10.300 estudiantes que han dado lo mejor de sí para acceder a la universidad. Las notas de la ABAU junto a las de su desempeño en las aulas en el instituto determinaron, de entrada, su destino en los campus: han sido decisivas en la carrera que acaban de estrenar en las facultades gallegas.
No obstante, empezar un grado no es garantía de finalizarlo. De hecho, uno de cada seis estudiantes de nuevo ingreso en Galicia tira la toalla tras el primer año. Además de lo que esa experiencia pueda implicar a título personal a los estudiantes, conlleva un coste para las arcas públicas que asciende a unos 15 millones de euros por año.
En concreto, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Educación, la tasa de abandono tras el primer año de carrera en Galicia se sitúa en un 16,5 por ciento para la promoción que accedió a la universidad en el curso 2016/17, lo que afectaría a cerca de dos mil alumnos. Si se tiene en cuenta, como recoge el departamento de Pilar Alegría en sus estadísticas, que la financiación pública por estudiante en las universidades en 2017 rozó los 7.414 euros en el caso de Galicia, sus bajas incurrirían en un desembolso de más de 14 millones para las arcas públicas.
Ese es el dato general, porque, si se desglosa por sexos, ellas son menos propensas a plantar la primera carrera de su elección al poco de comenzar: toma esa decisión uno de cada cinco chicos tras probar un año, pero en cambio solo un 13,5% de chicas. También tiene que ver en qué rama se ha matriculado el estudiante: renuncian por encima de la media quienes se embarcan en estudios de Ingeniería o de Artes y Humanidades, mientras que en el extremo opuesto se hallan titulaciones vinculadas con salud y educación.
El dato gallego, además, es inferior a la media estatal, situada en un 21, 82 por ciento. Asimismo, ese 16,5% del último registro supone rebajar el abandono de la promoción que accedió justo un año antes a algún grado del sistema universitario gallego, cuando colgaron los apuntes tras el primer año un 19,15% de estudiantes.
EL ABANDONO UNIVERSITARIO EN CIFRAS
- 16,50% Tasa de abandono tras el primer año de carrera univeristaria
- 2.000 Alumnos los que abandonaron en el curso 2016-2017
- La mitad sigue en la universidad, pero en otra carrera, y la otra mitad deja la enseñanza superior
- 21,82% Tasa media de España de abandono tras el primer año de carrera
- 7.414 euros Aporte de fondos públicos por estudiante en las universidades gallegas
La situación se agrava cuando se considera la tasa de abandono global, que suma las bajas de los tres primeros años, porque hay quien lo intenta hasta ese punto. La última a la que permite remontarse el Gobierno en sus estadísticas es la de la promoción que entró en la universidad en 2014. Al cabo de tres años, habían dejado los estudios el 25,7% de alumnos.
Volviendo al abandono de la carrera tras el primer curso, cuando se producen la mayoría de las deserciones, eso no quiere decir desconectar de la universidad. Según el Ministerio, de esos estudiantes gallegos que no aparecen matriculados al año siguiente en la misma carrera, la mitad ha optado por intentarlo en un título diferente tras descartar su primera opción, mientras otros tantos no aparecen inscritos en ningún grado, por lo que se entienden como abandonos del sistema universitario.
Hay que tener en cuenta que no todos los jóvenes consiguen acceder a la titulación de sus preferencias. De hecho, cada año unos cuatro mil estudiantes se resignan en Galicia a estudiar otro grado porque no les da la nota para acceder al deseado y la comunidad es la cuarta por la cola en el porcentaje de quienes sí consiguen integrarse en la facultad de sus sueños.
Eso puede incidir en el abandono, pero también, como señalan orientadores, el ensayo y error, el probar una carrera y ver que no era lo que uno pensaba. La Xunta ha tomado nota. El curso pasado se estrenaron los tres primeros grados abiertos en el SUG, que permiten combinar materias de tres grados de la misma rama de conocimiento como máximo para “ampliar las posibilidades de elección del alumnado al tiempo que se pretende reducir las tasas de abandono o de cambio de estudios en los primeros años de vida universitaria”, alegan desde la Xunta.
Pero no solo los alumnos de grado se lo piensan dos veces antes de proseguir una carrera. Ocurre también en los másteres. Planta al cabo de un año un 6,7% de inscritos.