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Más de 1.200 padres y abuelos, víctimas de malos tratos por sus hijos desde 2016

Una anciana llora en su casa FdV

En los episodios de violencia doméstica el foco se pone sobre todo en las agresiones más violentas que acaban en muerte. Resulta obvio por la transcendencia que tienen estos actos y el desenlace fatal de los mismos. Pero existen otros atropellos violentos en el seno familiar que igual no reciben tanta atención, pero que también están ahí. Son las agresiones de que son objeto padres, generalmente de edad avanzada, y también abuelos. En los últimos cinco años se han producido en Galicia 1.227 casos de este tipo de ataques violentos, a razón de 245 por ejercicio, según se recoge en las memorias de la Fiscalía de Galicia.

El pasado año, según los datos recogidos por la Fiscalía de Galicia, se tramitaron 224 denuncias por este tipo de violencia doméstica | En 2019 fueron 366 los casos

Junto con el maltrato a la pareja, se trata del maltrato más común en el ámbito familiar que se registra en la comunidad gallega, solo por detrás del que sufren los hijos, que con diferencia es el tipo violencia doméstica que domina en Galicia, al menos según las denuncias que llegan a las fiscalías.

El pasado año, según se recoge en la última memoria del Ministerio Público autonómico, se produjeron 212 actos de violencia familiar en los que las víctimas eran los padres y los autores de las agresiones sus hijos. En otras doce ocasiones, fueron directamente los abuelos los que sufrieron las consecuencias a manos de sus nietos. Entre unas y otras fueron 224 las que llegaron a manos de los fiscales.

“Muchas veces los abuelos y los padres son los dueños de los patrimonios y ahí puede haber dificultades con los hijos o los nietos, por negativas a algo que los agresores consideran que necesitan”, sostiene el presidente de la Sociedad Galega de Xerontoloxía e Xeriaría (SGXX), Miguel Ángel Vázquez, quien en todo caso no interpreta que las cifras sean elevadas en comparación con otras estadísticas y pone énfasis en que los casos que afectan a las personas más mayores –los abuelos– es poco menos que testimonial.

Entre los años 2016 y 2020 fueron 52 los abusos a abuelos dentro del ámbito familiar que acabaron en la Fiscalía. Pero fueron muchos más los padres, posiblemente de edades avanzadas, que resultaron víctimas de violencia doméstica a manos de sus hijos y sus casos llegaron a la Justicia. Fueron 1.175 en un lustro, siendo el año 2019 el más abultado, con 358 denuncias. El pasado año, marcado por la crisis sanitaria del COVID, experimentaron un sensible descenso al situarse en 212 casos, que sin embargo se trata de una cifra muy similar a la de los años 2018, 2017 y 2016, con 170, 209 y 226 denuncias tramitadas, respectivamente.

“Probablemente porque los padres pueden ser mayores. Ahí puede haber violencia, pero no será por el hecho de ser mayor el progenitor. Sería por un tema contra el padre o la madre, porque muchas veces no toleramos la frustración y los padres se niegan a ceder con cuestiones que tienen que ver con los hijos y surge entonces la violencia, porque además hay consumo de drogas y otras sustancias tóxicas y supongo que eso tendrá repercusión importante”, se atreve a explicar Miguel Ángel Vázquez, pese a no ser su especialidad profesional.

De todas formas, mientras que los actos violentos están bien tipificados en España, hay otro tipo de abusos que su consideración como tal depende de la cultura y del país. “Se puede hacer maltrato cívico en lo que tiene que ver con el acceso de las personas mayores a los servicios, a derechos para ser atendidos, a negativas a acceder a determinados servicios hospitalarios por el simple hecho de ser mayor... Por ejemplo, lo que en Francia se puede considerar como maltrato, aquí no lo es, como podría ser la administración de la pensión de los mayores por parte de quienes los cuidan”, indica el presidente de la SGXX.

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En esta línea, en 2019 Cruz Roja lanzó una campaña para advertir de esta situación. “Aunque no lo sepas, también es maltrato”, fue el lema de ese programa destinado a promover un marco positivo de convivencia con las personas mayores y evitar actitudes, dentro del ámbito familiar, que de manera inconsciente limitan los derechos de los abuelos. Ejemplos de ello, a juicio de Cruz Roja: aplicar horarios y menús estrictos, gestionarle el dinero, hablarles más alto de lo debido pensando que no escuchan, la sobreprotección –como no dejar conducir a una persona mayor que tiene todas las facultades para ello–, o la reducción de su autonomía.

Cruz Roja atendió en 2018 a más de 3.500 personas mayores que sufrieron o estaban en riesgo de sufrir algún tipo de maltrato. Esto fue gracias a la implicación de las más de 340 personas voluntarias que participan en el proyecto. Las personas atendidas por Cruz Roja habían sufrido abandono, mal trato económico, físico y sobre todo psicológico.

El mayor número de agresiones familiares que acaban en las fiscalías se produce contra los hijos. En los últimos cinco años se registraron 2.119 caso en Galicia, de los que 387 fueron el pasado año, una cifra bastante inferior a las notificadas en 2019, cuando se llegó a las 555. En los ejercicios anteriores, el número fue menor; 346, 437 y 394, respectivamente.

Contra los cónyuges o ex, el pasado año se registraron 74 episodios de violencia, que en el caso de parejas de hecho o que habían roto la relación ascendieron a 156.

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