El número total de conductores que han dado positivo en drogas en el arranque de agosto se acerca a los que habían consumido alcohol, aunque se hacen 45 veces menos pruebas de estupefacientes que de alcoholemia. Es más, en A Coruña, Pontevedra y Ourense prácticamente la mitad de las pruebas de detección de drogas que se realizaron confirmaron que el conductor había consumido sustancias ilegales. Es uno de los sorprendentes datos que arroja el último balance del sector de Tráfico de Galicia y que data del 2 al 8 de agosto: hasta 220 personas conducían por carreteras gallegas tras haber consumido sustancias ilegales, mientras que 332 reflejaron un consumo de alcohol en valores superiores al permitido.
La cifra sorprende por el número de pruebas. Mientras que Tráfico realizó 23.876 pruebas de alcoholemia, de las que solo 332 resultaron positivas –es decir, un 1,3%–, del total de 521 test de drogas, fueron confirmatorios del consumo de sustancias hasta 220 –es decir, un 42%–. O dicho de otra forma, cuatro de cada diez personas que se sometieron a una test de drogas, las habían consumido.
A Coruña lidera el número de test de detección de drogas realizados, con 163, de los que resultaron hasta 82 conductores positivos; es decir, la mitad. Está seguida en número de conductores ‘pillados’ tras consumir sustancias ilegales por Pontevedra, donde se denunciaron hasta 75 conductores, tras practicar un total de 156. En Ourense se hicieron en las fechas indicadas hasta 43 controles, en los que fueron denunciados 18 conductores por consumo de drogas al volante. Por último, en Lugo se practicaron hasta 159 test de drogas en carreteras, en los que 45 conductores resultaron positivos.
En lo que respecta a las cifras de controles de alcoholemia, Lugo es la provincia con más test de alcoholemia realizados, con 7.936 y también con el número de positivos más elevado, con 93. Le sigue A Coruña, con 7.191 controles realizados, en los que resultados positivos hasta 90 conductores. Exactamente el mismo número de pilotos que fueron detectados en Pontevedra tras haber consumido alcohol (90), a pesar de realizarse muchas menos pruebas, solo 4.757. Por último, en Ourense fueron interceptados solo 59 conductores que habían bebido por encima del límite legal, de entre 3.992 pruebas realizadas en carreteras de la provincia.
Tráfico avanzó ya a comienzos de verano que reforzaría los controles: hasta 680.000 de velocidad y 120.000 controles de alcoholemia en julio y agosto, para “revertir la tendencia ascendente de la siniestralidad viaria en Galicia”, que dejó 41 muertos en carretera tras 27 accidentes el primer semestre del año.
Bajo la premisa de “tolerancia cero” con los infractores en las carreteras gallegas, el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, apeló a la “movilidad responsable”, que se garantizará con un gran dispositivo: un dron con capacidad sancionadora, pero también un helicóptero y 270 radares salpicados por Galicia.
Las predicciones apuntan a que se recuperarán las cifras de movilidad previas a la pandemia, con 8,6 millones de desplazamientos este verano.
En este contexto, se harán hasta finales de agosto unos 400.000 controles al mes. Siguiendo con los datos, durante estos dos meses estarán operativos 600 agentes de la Guardia Civil de Tráfico, que contarán con el apoyo de las unidades territoriales en cada concello. Asimismo, estarán operativas 329 cámaras para controlar el tráfico y 523 paneles de mensaje variable, entre otros medios.
