-¿Qué no puede volver a pasar?

-Hay que planificar, para organizar. Y también hay que asegurarse de que todos los alumnos y alumnas tengan iguales oportunidades. Que todos tengan tableta y una buena conexión. Hay que dotar a los centros de material, en un número de equipos que tenga en cuenta el alumnado total del colegio o instituto.

-En su caso, habituada a trabajar con las nuevas tecnologías, no le costó demasiado habituarse a la enseñanza en casa...

-Estoy acostumbrada a trabajar vía online porque es algo que hago habitualmente, exacto. Incluso en un modelo de clases presenciales, el alumnado puede seguir trabajando porque subo cosas a la red desde hace tiempo. No me costó mucho, en este sentido... Pero muchos profesores han hecho un esfuerzo muy grande en los últimos meses del curso anterior, aprendieron a manejarse perfectamente online y a un ritmo muy elevado. Por eso que la digitalización necesita también esfuerzo por parte de la administración, en formación de profesorado, recursos, etc...

-¿Algo positivo de todo este tiempo?

-Yo destacaría la labor de las familias; los padres y las madres estaban ahí. En alguna ocasión hablé durante dos horas con una madre sobre su hijo/a.

-¿Qué considera imprescindible?

-La bajada de la ratio. Es algo que llevamos pidiendo desde hace mucho tiempo. En estos momentos con más razón. Sería lógico desdoblar, pero para ello son necesarios más profesores. De este modo el alumnado estaría mucho mejor atendido, porque permite mayor comodidad para hacer algo individualizado. Y aseguramos distancias, claro. Es que no es lo mismo 29 alumnos en una clase con ventilación a través de una ventana, que al final es como una habitación, que estar en un campamento al aire libre.