Finalmente son alrededor de 3.000 los kilos de cocaína interceptados y dos las planeadoras incautadas ayer en la ría de Arousa. Los dos detenidos en esta operación policial trataron de huir a pie por la parroquia de San Vicente, en el Concello de O Grove, tras saltar a tierra firme en la playa de Area Grande. Hay al menos otros dos implicados -podrían ser más, como también una tercera lancha--, que en este caso sí habrían logrado burlar el estrecho cerco policial.

Estos son los datos más llamativos del espectacular operativo policial desplegado por tierra, mar y aire en la ría arousana. Con una persecución incluida, de esas que recuerdan mucho aquellas que se vivían antaño con más frecuencia, en los tiempos de esplendor del narcotráfico y el contrabando.

Esta vez el intento de introducción de droga en Galicia se produjo cuando la sociedad permanece confinada en casa por el coronavirus Covid-19 y no se presta atención a otra cosa. Algo que los narcotraficantes parecen haber interpretado como una baza a su favor.

Es evidente que no estaban en lo cierto, ya que las fuerzas del orden pudieron impedir la entrada en el mercado de 140 fardos de coca que tras ser intervenidos fueron trasladados hasta el puerto grovense.

Incluidos los que se recuperaron cuando flotaban en la ría, ya que al verse sorprendidos y saberse perseguidos por las lanchas de la Guardia Civil y de Vigilancia Aduanera -de Marín y Vilagarcía-, los narcos empezaron a arrojar droga al agua.

Intentaban introducirla por la ría desde alta mar y fueron descubiertos a la altura de la isla Sálvora, de ahí que la mercancía lanzada por la borda quedara esparcida entre Aguiño (Ribeira) y la desembocadura del río Umia, a la altura de Castrelo (Cambados). Y es que fue ahí, en medio del fango, donde una de las planeadoras quedó encallada.

Parece que los presuntos narcotraficantes que la ocupaban, uno gallego y el otro de nacionalidad sudamericana, aunque residente en O Grove, habrían huido en otra embarcación. Tras lanzarse a tierra en Area Grande fueron perseguidos por los efectivos intervinientes en esta operación conjunta del Servicio de Vigilancia Aduanera, la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional y el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil.

Incluso se cerraron las vías de entrada y salida de San Vicente, al menos hasta que la Guardia Civil de O Grove dio con el paradero de los presuntos narcos y los detuvo, muy cerca de la iglesia parroquial.

Aunque oficialmente poco ha trascendido de la operación, que sigue bajo secreto de sumario, sí se sabe que en el transporte de la droga participaron más personas, por lo que se trata de una operación que sigue abierta y podría dar pie a nuevas detenciones.

Esto explica la presencia de los helicópteros de las fuerzas del orden que ayer sobrevolaron la ría arousana, tanto de madrugada, persiguiendo entre las bateas de mejillón a las planeadoras semirrígidas implicadas, como a lo largo del día, buscando más fardos de droga y a los huidos.

Como avanzó a primera hora de ayer FARO DE VIGO, en su edición digital, la operación policial, que se preparaba desde hace tiempo, se desarrolló durante toda la madrugada, desencadenando una arriesgada persecución marítima, un complicado seguimiento aéreo y la posterior búsqueda terrestre.

El operativo policial se completó cuando, a eso de las ocho de la mañana, los dos pilotos detenidos fueron trasladados para pasar a disposición judicial, mientras en el muelle de O Grove se exponían y recontaban los fardos.

Esta operación lleva a centrales sindicales como CIG a incidir en que Galicia sigue siendo una puerta de entrada para la droga, por lo que vuelve a reclamar más medios materiales y humanos para impedirlo. Aprovecha, como hicieron ayer numerosos ciudadanos, para alertar de que los efectivos policiales participantes carecían de medidas de protección frente al coronavirus.