Los gallegos nacidos en 2018 tendrán muchos cumpleaños que celebrar, al menos en teoría. Los datos, aún provisionales, del Instituto Galego de Estatística apuntan que la esperanza de vida al nacimiento ese año alcanza los 83,34 años, lo que supone la cifra más elevada de la serie histórica y casi cuatro años más que quienes vinieron al mundo en el tránsito del nuevo siglo, en el año 2000, cuando era de 79,54. Se mantiene la brecha a favor de las mujeres: mientras para ellos el promedio de años que podrían vivir si las condiciones de mortalidad se mantuviesen constantes es de 80,18, para ellas es de 86,40.

Entre los datos difundidos ayer por el organismo estadístico gallego, que permiten constatar la recuperación de este indicador después de que experimentase un ligero descenso en 2015, se analizan asimismo la esperanza de vida a los 65 y a los 80 años. Es decir, en el caso de los primeros se estima que, de media, aún les quedaría por vivir otros 22 años. Eso son casi dos más que en 2000. Para los segundos, la estadística les augura poder soplar las velas de su 90º cumpleaños.

Mientras la esperanza de vida sube, los gallegos que consiguen hacerla realidad, también. El número de vecinos que han soplado al menos cien velas en la comunidad se ha triplicado en el nuevo siglo. Según el INE, de cien o más años constan 1.711 personas en Galicia en el año 2019.