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Primeros avisos a los dueños de fincas sin limpiar de los puntos con más incendios

Los concellos pueden identificar a los propietarios mediante una herramienta informática suministrada por la Xunta

José González, ayer, en la visita a Osmo, en Cenlle. // Carlos Peteiro

El plan de la Xunta para desbrozar con medios públicos una franja de 50 metros alrededor de las poblaciones para prevenir los incendios ha entrado en una nueva fase. Se han comenzado a enviar las primeras notificaciones a los particulares que ni limpiaron sus fincas a estas alturas del año a pesar de ser su obligación ni tampoco han aceptado la propuesta para que, cambio de 350 euros la hectárea, esa tarea la acometa la Consellería do Medio Rural.

Los avisos, primer paso de un proceso que puede acabar en multa o en ejecución subsidiaria de desbroce por parte de la Xunta -que luego repercutirá los costes- los realizan los concellos, si bien es la Administración autonómica la que les ha suministrado la herramienta informática -un visor cartográfico- que permite a los municipios identificar al detalle las fincas que se deben limpiar así como a su titular catastral. Y esta herramienta se les reportó hace dos semanas. Ahora, como contó ayer el conselleiro do Medio Rural, José González, "ya se comenzó con las notificaciones en las parroquias priorizadas a los particulares que no cumplieron con sus obligaciones ni se adhirieron al convenio" con la Xunta.

Las parroquias priorizadas son 70 pertenecientes a 35 concellos donde el Gobierno gallego puso en marcha su plan de desbroce para limpiar 4.500 hectáreas. Su elección responde, precisamente, a que durante los últimos años registraron una alta actividad incendiaria.

Medio Rural no pudo precisar el número de avisos enviados ni tampoco determinar cuántas fincas pertenecen a propietarios desconocidos, pero José González destacó que se percibe un cambio de actitud y que los dueños están cada vez más implicados en la limpieza de las franjas de 50 metros que rodean las poblaciones.

Mediante un programa pionero, lo que hizo la Xunta fue ofrecer un convenio a los concellos, para que estos los trasladaran a los vecinos, de forma que la Administración autonómica se encarga del desbroce -aunque solo por una vez- a cambio de un precio de 35 euros por cada mil metros cuadrados.

Un total de 21 núcleos "mostraron ya su interés por convertirse en aldeas modelo frente a los incendios forestales", según avanzó ayer el conselleiro durante su visita a la aldea de Osmo, en el municipio ourensano de Cenlle, para supervisar los trabajos de limpieza de biomasa.

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