Un monte capaz de generar valor añadido y crear dinamismo económico. Ese es uno de los retos a los que se enfrenta la gestión forestal en Galicia, y en el que caben varias alternativas. Una de ellas es el fomento del turismo, la explotación del patrimonio cultural y natural, los espacios de biodiversidad y la promoción de las energías verdes, como se encargaron de resaltar ayer los agentes del Foro Económico de Galicia.

Reunidos en Ribadavia en una jornada sobre el futuro de la explotación forestal, los expertos iniciaron su análisis trazando un diagnóstico sobre la situación actual de los montes. En el retrato, por ejemplo, surgió que el sector agrario pasó de emplear a 800.000 personas en 1950 a proporcionar actividad a unas 50.000 en el año 2015, o que medio millón de parcelas rústicas son de titular desconocido. Tras exponer los datos, el panel de 25 especialistas, empresarios y agentes del sector debatieron alrededor del turismo y las posibilidades que ofrece el monte para implantar proyectos energéticos o turísticos, así como el margen para incrementar la importancia del sector agroalimentario en la comunidad. Tanto es así que, fruto de la reflexión, el Fruto consideró "llamativo" que Galicia sea dependiente de las importaciones de algunos productos alimentarios mientras en el rural se dan las condiciones para que el sector gane más peso.

La jornada la cerró José Luis Chan, director xeral de Planificación e Ordenación Territorial de la Xunta, quien avanzó la publicación de un anuario estadístico para mejorar la identificación de las parcelas.