Las generales del 28-A se presentan como una cita con la aparente mayor fragmentación de voto desde la Transición y con la derecha dividida como casi siempre ha estado la izquierda. En un contexto que En Marea considera prioritario sellar una alianza inédita. Ante la división de "las tres derechas y las tres izquierdas", como definió el proceso sin dar por hecha la ruptura en su propio espacio político, el líder de En Marea, Luís Villares, propuso a PSdeG y BNG confeccionar una candidatura conjunta al Senado, para el que se eligen miembros con listas abiertas y diferente sistema electoral que el Congreso. No suscribir ese pacto, sería "un error histórico", expuso tras explicar que el partido más votado copa el 75% de la representación frente al 25% del minoritario. Se trataría de "hacer de la necesidad virtud y agrupar fuerzas".

En las últimas generales, de junio de 2016, el PP obtuvo 12 de los 16 senadores que corresponden a Galicia, mientras que el PSdeG logró tres y En Marea, un acta por Pontevedra.

Villares justificó su oferta para fortalecer la trinchera ante la "promiscuidad política del PP con Vox", demostrada, aseguró, por que los populares "en Galicia se hayan negado a condenar pactos con fuerzas políticas machistas", "xenófobas o supremacistas". "Galicia ni es machista, ni irresponsable, ni abolicionista de las comunidades autónomas", finalizó.